Un Error Imperdonable [Cinco Y T/n]

01. El regreso de Numero Cinco.

La mañana se hizo presente en la academia, los adolescentes desayunan sin su padre -lo cual era una novedad-.

— Mamá, ¿dónde está papá?  —cuestiono Luther—. ¿Porque no esta en el desayuno?

— Él tuvo cosas que hacer, cariño —respondió en una sonrisa—. No te preocupes por eso. Oh, ocho cariño. Has despertado, te traeré tu desayuno.

La dulce Grace salió del lugar sin dejar hablar a la joven. Ella suspiro y miro a sus hermanos.

— Buenos días familia —saludo mientras se sentaba a lado de Ben.

— Familia —respondió Luther de una forma burlona—. Si claro, lo dice quien llego hace dos años.

Luther siempre fue un tanto... irritante. Si había alguien nuevo y se sentía amenazado recurría a la intimidación. Cosa que casi siempre funcionaba... casi.

— Luther no empieces tan temprano —reñago Allison acostumbrada a este tipo de enfrentamientos—. El hecho de que allá llegado después que nosotros no significa que no sea nuestra hermana.

— Si Allison —respondió cabizbajo.

— Aww ¿Te manda una niña número uno? —respondió _____ burlona.

Al momento de que Grace trajo la comida todos callaron. Al terminar de desayunar, fueron compensados por unos sándwiches de malvaviscos.

— Recuerdo que Cinco amaba este postre —soltó Klaus mientras sonreía.

— ¿Tenías que mencionarlo? —reprocho Luther molesto para sin más decir irse del lugar.

Ocho abrió los ojos asombrada, pero al parecer esto era muy común pues nadie se movió ni hizo nada. Como si no hubiera ocurrido.

Por lo tanto, se encogió de hombros y siguió comiendo.

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Esa tarde, después de hacer algunas labores y terminar clases. El sr. Reginald llamo a sus hijos, quienes -confundidos- llegaron a la sala de la academia.

 — Bien —hablo el mayor al ver a sus hijos reunidos—. Como saben, número Cinco se fue de la academia hace unos años, bueno eh decidido que el día de mañana estará de regreso.

— ¡No puede ser cierto! —grito Luther molesto.

— No me levantes la voz, número uno. La decisión ya está tomada

Luther solo forzó la quijada y bajo la cabeza. El resto no dijo nada. Pero una muy confundida _____ fue a la habitación de su hermano, el tierno y dulce Ben en busca de respuestas.

— Ben, ¿Quién es Cinco? ¿Y porque se puso Luther así?

— Es un integrante que se fue de aquí para poder controlar sus poderes hace unos años —explico—. Y sobre lo que pasó con Luther es normal, jamás se llevó bien con el.

La chica frunció el seño. Nadie odia a alguien por que si. Sin embargo, cuando estaba a punto de preguntar, su madre entró a la habitación indicando la hora de dormir.

Por lo tanto, con un suspiro fue a su habitación pero con lo que no contaba era con que una silueta, estaría sentada en la ventana.

— ¡Carajo! —grito al verlo, justo después de cerrar su puerta—. ¿Que haces aquí a esta hora, Daniel?

— Solo queria hablar contigo —soltó una risa burlona—. ¿Te asusté?

— ¿Qué demonios quieres?

— Que caracter. Bueno, quería saber si quisieras ir conmigo por donas mañana.

La chica bufo.

— ¿Que? ¿Te mandaron a la fregada otra vez? Que tontearía. No necesitas responder, es obvio, ¿Sabes? Estoy cansada, tu más que nadie sabe lo que paso, así que no te atrevas a querer endulzarme el oído con tus frases baratas y ten un poquito de decencia.

— ¿Ves porque te detesto? Siempre sacas lo del pasado, no sabes superar —sin más que decir salió de la habitación por la misma ventana por la que entro.

— ¡Te odio! ¡maldición!

La chica fue hacia su baño mojando su cara con agua en el proceso. Debía pensar con cabeza fría.

Lo que no sabia era que, eso sería lo último que haría pensado correctamente.

▪︎ Corregido y editado 🥀.