#15

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Un mes de sufrimiento. Eso fue lo que sucedió.

El trabajo incrementó, al igual que las horas de trabajo. Los recesos se acortaron y la seguridad aumentó. La comida, continuó igual. Lo único que me permitía sobrevivir era el plan, y las visitas a la celda de Zayn.

Hoy, volvimos a las celdas a las 10:00 pm. Había sido una jornada larga de trabajo; doble, solo porque los policías querían. Mis dedos tenían ampollas enormes y un horrible olor a metal y a grasa. Me tiré sobre mi cama y miré las grietas del techo por unos minutos. En cuanto el guardia salió, saqué la libreta de debajo de mi colchón y tomé una lapicera que encontré en el suelo.

“Hoy he logrado convencer al guardia dejarme salir al baño durante la hora de trabajo y pude recorrer un poco más la prisión. Estoy aprendiendo mucho de este lugar. Hay un pequeño pasadizo en el área norte que te lleva al bloque 7, el de Zayn. Será de ayuda”.

Cerré el diario y lo devolví a su escondite. Debía mantenerse seguro. Ahí tenía anotado cada cosa que aprendía de este lugar. Cada pista, pasadizo y rincón que me ayudara a escapar de la prisión. Era muy importante. Si llegaba a perderlo, estaba frita.

Me levanté de la cama y busqué una tiza. Cuando encontré una en una de las esquinas de la celda, hizo una nueva marca en la pared. Cuarenta y cinco. En total, había cuarenta y cinco marcas; cuarenta y cinco “rayitas”. Cada una por cada día aquí dentro.

—Hora de dormir —informó el guardia, apagando la luz.

Como pude, llegué de nuevo a mi cama y volví a acostarme. Tomé la ligera sabana que nos había cedido y cubrí mi cuerpo con ella intentando buscar calor. El invierno se aproximaba con rapidez y el frío ya comenzaba a hacerse notable.

—Edwards, psss…

Me levanté y caminé hacia los barrotes. Por la débil luz de la luna, pude ver el rostro de Michelle en la celda de enfrente mirarme impaciente.

—¿Que quieres? —siseé. Se supone que tendríamos que evitar hablarnos a simple vista y seguir con el rol de ser enemigas. Y justamente aquí, estaba quebrando la regla.

—¿Ya les dijiste? —preguntó en susurro, acomodando su cabello oscuro en un solo lado.

Mordí mi labio.

—No, pero prometo hacerlo mañana.

—Me dijiste eso hace una semana —pude sentir como rodaba los ojos en la oscuridad—. Edwards, debes apresurarte.

—Lo sé. Enserio, lo haré mañana.

—Más te vale.

Dejando la conversación finalizada, cada una volvió a su cama. Cuando sentí la comodidad en mi espalda, suspiré.

Michelle tenía razón. Debía apresurarme. Hace tiempo que el plan estaba siendo planificado para que todo saliera perfecto, pero yo solo lo estaba retrasando. Debía decirles a Zayn y a Clarisse. Pero, por alguna razón, presentía que eso no sería bueno. Que si abro la boca, todo el plan se caerá a pedazos y se arruinaría por completo, cobrando nuestra libertad con él.

Zayn seguía siendo genial. Seguía siendo el chico dulce y divertido del que —debía admitir— estaba enamorada. Si, lo había logrado. Me tenía besando sus pies, respirando su aire, sonriendo por tan solo reír. Había caído bajo, muy bajo. Y es por eso que existía mi desconfianza hacia él. Me había lastimado alguien a quien quería, dejaría que sucediera de nuevo.

Y Clarisse. Clarisse me parecía el enemigo. No dejaba de preguntarme qué diablos hacia todas las tardes, a donde iba, que hacía con Zayn cuando estábamos a solas. Incluso había insistido en que la cambiaran al taller junto a mí. Obviamente no se lo habían permitido, pero ella no se dejaba rendir fácil. Además, esperaba en cada receso que estuviera con ella, alejada de todas las demás. Era como… si no quisiera compartirme.

Rodé en mi lugar hasta quedar boca abajo. Apoyé mi mentón sobre la almohada y miré por la ventana. La luna se asomaba semejante en el cielo, rodeada de millones de estrellas que parecían pequeños puntos blancos. Sin despegar la vista de la imagen, saqué el cuaderno y abrí una de las últimas páginas. Anteriormente, esto le había pertenecido a alguien con mucha inspiración en su interior. Había leído un poco, pero fue lo suficiente como para encontrar una bella poesía.

“La luna, un fenómeno de roca con belleza innata. Su resplandor ilumina las estrellas, polvo de diamante que se ha quedado sujeto al cielo. ¿No es raro, pero hermoso, sentir que está tan cerca, pero tan lejos? ¿Que si estiro mi mano podré alcanzarla y tocarla? Tal vez si fuera libre podría hacerlo. Pero, ¿saldré de aquí dentro? ¿O moriré un poco cada día, dejando que esa duda me carcoma?”.

Saqué los ojos de esa última frase escrita con cursiva y volví a mirar el cielo. ¿Sería libre y podría tocarla, o moriría encerrada sin poder hacerlo?

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Holaa

Chicas, perdón si tardo mucho en subir, pero es que justo ahora, con la banda incompleta y el "¿Que mierda ocurre con Zerrie?" mis ganas de escribirla se caen en picada. Realmente estoy esperando que Zayn vuelva, sigan con su musica, que él y Perrie sigan con el compromiso, etc. Porque si no es así, tendré que borrar la nove. Me mataría escribir sobre un romance que ya ha... terminado. (OJALA Y LE REZEN A DIOS QUE TODO ESTE BIEN)

Palomita de Maiz.

Love in Prison » zerrie PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora