16. Se me paró y no el corazón

27.6K 3.1K 3.6K
                                    




Hola, bola

Advertencia +18 en este capítulo.

Es imposible para mí no sentir los rayos solares caer sobre mi rostro lo que me obliga a arrugar la nariz ante la molestia que me causa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es imposible para mí no sentir los rayos solares caer sobre mi rostro lo que me obliga a arrugar la nariz ante la molestia que me causa. Noto como mi conciencia poco a poco vuelve a estar atenta a lo que pasa a mi alrededor y es tedioso la idea de tener que ver la cara de Connor un día más.

Ante el fallido intento de poder abrir los ojos por culpa del maldito dolor de cabeza que me atraviesa todo el cráneo, emito un quejido de fastidio. Mi cuerpo se siente cansado y pesado. Puedo notar la suciedad de mi piel debido al sudor y el malestar en la espalda me tortura por completo cuando me doy cuenta que no tengo una postura muy favorable para mi columna vertebral. A este paso tendré una joroba a los treinta años.

Todos y cada uno de estos pensamientos pasan por mi mente mientras alargo el tiempo de no querer despertar totalmente gracias a la pereza que me toma y no me suelta. Muevo mis manos por todo el lugar donde me encuentro apoyada y frunzo mi ceño al notar bajo mi palma que la superficie es firme pero a la vez suave.

El movimiento de mis manos se detienes al instante que noto que aquello no se siente como una cama, un sillón o mucho menos un lugar dónde puedas echarte una siesta de veinte minutos.

«Esto se siente más a un ¿abdomen?»

Mis ojos se abren al instante al saber que me encuentro arriba de un cuerpo, pero no de cualquier cuerpo. Cuando cuidadosamente alzo mi mirada hacia el rostro de la persona que he usado como colchón, un grito despavorido sale de mí tan fuerte que me asusto al escuchar mi voz ronca. Me enderezo en un movimiento tan brusco que termino golpeándome la cabeza contra el techo del ¿auto?

«¿Pero qué es esto?»

El sonido del golpe logra despertar a Connor, quién emite un jadeo de molestia al querer seguir durmiendo, pero al darse cuenta que estoy despierta, todo rastro de sueño desaparece de su rostro para él también enderezarse quedando a la misma altura que el mío, a una distancia que termina siendo un poco peligrosa para los latidos descontrolados de mi corazón.

Sin poder evitarlo, mi cuerpo se tensa al ser sentir sus manos en mi cintura y empiezo a hiperventilar al ver la posición en la que nos encontramos justo ahora. La manta que me cubría hace un rato ha caído de mi espalda, dejando a la vista la desastrosa imagen de una Olivia con resaca post-ebriedad de mierda.

—¿Estás bien? —pregunta con su voz ronca pero casi en un murmuro.

No admitiré que su voz ronca recién despierta es uno de los sonidos más excitantes que he podido escuchar en mi corta vida. No lo diré en voz alta, pero está claro que sí lo haré en mi cabeza. Connor Blake tiene la voz más sexy que he conocido y no me avergüenzo de ello. Bueno, un poco sí.

Siento que he quedado con el cerebro reiniciado al escucharlo porque tan rápido escucho su pregunta, sigo con las manos en la parte trasera de mi cabeza por culpa del golpe. Se vuelve peor cuando a eso le añadimos el dolor de la resaca.

Un plan B, bastardo © [01] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora