22. Listo. Elmo está encabronado

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Presente, presidente:

Mantengo la mirada neutra en las dos personas que se encuentran detrás de Olivia mientras que la pequeña rubia solo se concentra en rodear sus brazos alrededor de mi cuerpo relajándose ante el calor que emano cada vez que estoy junto a ella

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Mantengo la mirada neutra en las dos personas que se encuentran detrás de Olivia mientras que la pequeña rubia solo se concentra en rodear sus brazos alrededor de mi cuerpo relajándose ante el calor que emano cada vez que estoy junto a ella. Coloca su mejilla contra mi pecho a la vez que mis manos acarician su cabello, dejando mis dedos entre las hebras de este en un inconsciente masaje que, al parecer, logra que se relaje poco a poco.

Escucho un suspiro de su parte, no sé si porque se siente cansada, si es un suspiro lastimero o simplemente le agrada lo que estoy haciendo. Sin embargo, no dejo que nada perturbe la calma que necesita en este momento.

Mi ceño se frunce ante lo que sucedido a nuestro alrededor, y se siente casi como si alguien hubiese puesto una pausa a la pelea desmedida que se estaba dando. Mi rostro se alza para detener la admiración hacia la silueta de mi rubia revoltosa.

—¿Qué necesitas, Olivia?

—Llévame lejos de aquí.

—¿A dónde?

—No lo sé. Solo quiero estar contigo. —Endurece su agarre en mi cuerpo. La abrazo.

—Vámonos, bebé.

—Mi papá... —se queda callada cuando escuchamos el carraspeo de alguien.

Mis ojos se clavan en la presencia del hombre, quién tiene una similitud impresionante con la mujer que acojo entre mis brazos. Los ojos del padre de Olivia se dirigen hacia dónde se encuentra mis manos, que cubren la cintura y el cabello de la rubia, y nuevamente vuelve a fijar su mirada en mí.

Alzo las cejas, sin parecer altanero o irrespetuoso, pero está claro que haber hecho llorar a la persona que quiero no permite que mi educación con este se hombre dure más de lo debido.

Puedo ver como un tipo, más joven que yo, también se encuentra mirando en nuestra dirección. El gesto en su rostro solo demuestra molestia debido a la escena que Olivia y yo estamos dando frente a él. A juzgar por la manera en que observa a la rubia con un gesto en su rostro que se suaviza cada segundo pasa, doy por hecho que se trata del ex. El mismo ex que la llamó para dar la noticia de la muerte de su amiga.

«El imbécil #1».

—Sé que no es de mi incumbencia meterme en una situación familiar, pero dado que soy el novio de una de las personas involucradas me gustaría estar al tanto de lo que sucede —vocifero con respeto a pesar de tener la cólera atravesada en la garganta. Nadie responde y eso es lo que más me termina por encabronar—. ¿Nadie responderá?

Sé que no tengo derecho a hacerlo pero sí me gustaría entender el por qué del llanto de Olivia y si es necesario repartir unos cuantos puñetazos a los responsables de ello.

—Eres un poco desubicado, ¿no crees?

El ex de Olivia se atreve a hablar.

—¿Disculpa?

Un plan B, bastardo © [01] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora