𝐃í𝐚 𝟏: 𝐄𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨

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Muchos dicen que cuando encuentras a tu alma gemela lo sabes, sabes que esa persona es la indicada y quieres pasar toda la vida a su lado hasta que la muerte llegue por ustedes; Steve creyó que estaba comprometido con el amor de su vida, que la mujer con la que se casaría era quien le llenaría de felicidad todos los días de su vida, pero no se había dado cuenta de lo equivocaba que estaba, no hasta que lo encontró a él.

Todo comenzó en una fría y lluviosa tarde de noviembre, Rogers amaba ir en sus días libres a la biblioteca pública de su pequeña ciudad. Desde niño tenía aquella costumbre, recordaba con cariño los días en que sus padres lo llevaban al sitio para elegir algún libro y leer éste, mientras se sentaban en alguna de las mesas y pasaban horas metidos ahí dentro. Ahora a sus casi treinta y cinco años seguía con la misma costumbre, la cual esperaba trasmitírsela a sus futuros hijos.

Entró en la biblioteca, frotando entre sí sus manos, había olvidado los guantes en casa y ese día en particular la temperatura había bajado más de lo normal, pero no era nada que no pudiese superar. Saludó a la señora Carter, quien había sido la encargada de aquel espectacular sitio desde que Steve era un niño. Fue directamente hacia las grandes estanterías, buscando el libro que el día anterior había dejado inconcluso.

Steve observó a un hombre en el pasillo, quien veía con atención las interminables hileras. El castaño era un poco más bajo que Steve pero parecían tener casi la misma edad, Rogers se acercó en busca de su libro y observó los claros ojos del hombre viéndolo; le sonrió de forma cortes al desconocido y estiró la mano para poder tomar el libro, pero al parecer no solo él quería leerlo, ya que el hombre lo tomó antes de que Steve pudiera siquiera rozarlo.

—Oh, lo lamento —los bonitos ojos grisáceos se entrecerraron y un ceño fruncido se mostró, obviamente se había percatado de que Steve quería el mismo libro. Estiró este hacia el más alto ofreciéndoselo—. No sabía que lo ibas a tomar, disculpa.

—No, no te preocupes —rápidamente retiró las manos y negó ligeramente divertido ante la situación—. Tú llegaste primero, es todo tuyo; puedo tomar otro —dijo con simpleza, observando con claridad el rostro contrario. Sin duda alguna nunca antes lo había visto, no hubiese olvidado un rostro tan, ¿lindo? Sus ojos brillantes e enigmáticos, sus labios un poco anchos; poseía también un mentón partido y su nariz tenía una tonalidad rojiza, seguramente una reacción ante el frío viento.

—Bueno, lo agradezco —sonrió abiertamente—. Puedo recomendarte este —se hizo de otro antes de extendérselo a Steve, quien lo tomó y leyó el título—, justo lo terminé ayer y lo disfruté mucho; es similar.

—Lo leeré, se ve interesante —a pesar de que el título lo atrajo, sus ojos no le dieron tanta importancia ya que seguían viendo al castaño, quien susurró un simple "bien" y se alejó. Steve tuvo que hacer funcionar sus piernas para que lo llevaran hacia las mesas, donde al parecer también se dirigía el contrario y el que también se sentó en la mesa que Steve siempre usaba. Le pareció curioso pero más que nada divertido y aunque estuvo tentado a sentarse en otro sitio, no pudo.

—Al parecer no solo coincidimos en el libro, también en el sitio para leer —se sentó frente al castaño quien rió al darse cuenta de la coincidencia. Steve se despojó de su abrigo para estar más cómodo.

—Espero no haber acaparado también tu silla —el castaño bromeó, pero sus ojos se abrieron al ver la expresión en la cara de Steve—. No puede ser —se lleva las manos a su estómago cuando empezó a reír nuevamente, esta vez con más fuerza—. Oh, creo que deberé preguntarte que cubículo del baño sueles tomar para no quitártelo —una extraña y repentina interacción entre los dos se estaba dando.

—Tranquilo, ya estaré acostumbrado si eso ocurre —estiró la mano levantándose un poco de su asiento—. Soy Steve, por cierto —se presentó (sintiéndolo necesario y correcto). El castaño dejó de lado el libro y tomó la mano de Steve para estrecharla como presentación.

Fictober 2021: Stucky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora