𝐃í𝐚 𝟓: 𝐘𝐨𝐠𝐚

500 44 2
                                    


Steve estaba esperando a que Natasha terminara de alistarse para acompañarla. Nat era instructora de yoga prenatal y como el buen amigo que era, aceptó brindarle ayuda después de que la noche anterior recibiera una llamada preguntándole si podría acompañarla a su trabajo. No había obtenido mayor información, simplemente le dijo que necesitaba de él y bueno, usar su día libre en eso parecía correcto.

—¿Lista? —preguntó al ver venir a la pelirroja, ya con su típica ropa deportiva y la gran mochila que siempre llevaba consigo a la hora de trabajar. La omega asintió y juntos salieron de su hogar. Bajaron por el elevador mientras hablaban sobre cómo le había estado yendo en la semana.

Debido a sus trabajos no solían coincidir entre semana, solamente lo hacían hasta los fines de semana, por lo que era más que agradable que pudiesen pasar el tiempo un día miércoles. En poco tiempo llegaron hasta el estacionamiento y ya en el automóvil emprendieron el corto viaje hasta el deportivo.

—Así que... ¿sigues sin pareja? —Romanoff preguntó de la nada, sacando a Steve de sus pensamientos y haciendo que éste pusiera los ojos en blanco. Su soltería eterna era un tema de conversación recurrente, sabía que la omega quería lo mejor para él y sus incontables intentos de hacerle tener una cita con alguna o algún conocido se debían a eso, pero sin duda alguna, Steve ya se había cansado de aquello. Estaba feliz y cómodo solo.

—Por tercera vez en una semana —a pesar de que aquello era recurrente, por alguna razón Nat había estado haciendo la misma pregunta con mayor frecuencia que antes; pero Rogers no le había dado mucha importancia—. Sí, Tasha, sigo sin pareja y no quiero una —comenzó un golpeteo con las puntas de sus dedos sobre su pierna, observando el exterior—, por si una vez más querías forzarme a salir con una de tus amigas.

—Tranquilo, Rogers —fue consciente del humor que el nombrado adquiría cuando volvía a tocar ese tema de conversación—. Solo quería saber —se encogió de hombros dando vuelta en la siguiente intersección, la cual ya los llevaría directamente al deportivo—. Además, ya no te "forzare" a ir a alguna cita; ahora soy de las personas que creen que si debe pasar, pasará —dijo sin más, haciendo que el alfa la observara con ojos entrecerrados.

—¿Desde cuando tú crees en eso del destino? —cuestionó más que divertido. Romanoff solía ser alguien que no le dejaba nada al destino; creía que si quieres algo debes luchar por eso ya que no te caerá del cielo—. Espera, ¿en serio ya no insistirás sobre mi vida amorosa? —más de cinco años teniendo la misma dinámica y de un momento a otro parecía que había llegado a su fin.

—Sobre tu falta de vida amorosa, Steven —enfatizó—. Y aunque no lo creas, ahora yo soy fiel creyente de todo eso —Steve no se percató de la divertida sonrisa que Nat logró enmascarar rápidamente—. Ya no te insistiré en que salgas y conozcas gente; ya te llegará esa o ese omega y probablemente sucederá cuando menos te lo esperes. ¿Quien sabe? Hasta podrías conocerlo hoy.

—¿Que? —volteó a verla, captando el típico tono de voz que la pelirroja usaba cuando sabía algo que Steve no—. ¿Que quieres decir con eso? —preguntó sintiendo que ella sabía más de lo que aparentaba. No obtuvo la respuesta que quería porque lo siguiente que Nat hizo fue bajarse del automóvil ahora estacionado. No le quedó de otra más que seguirla para volver a cargar la mochila por ella.

No podía negar que la pequeña platica le había dejado un mal sabor de boca a Steve, pero ya no podía hacer nada. Detestaba hablar de su vida en público, así que lo dejaría hasta el final del día, donde Nat estuviese desocupada ya. Caminaron por el complejo para dirigirse hacia el espacio dado para su clase, saludaron a algunas personas que ambos conocían.

Cuando llegaron, Steve observó que el lugar estaba más lleno de lo normal y eso se debía a que allí no solo estaban las madres y padres omegas, al parecer también se encontraban las parejas de estos. No le tomó mucho entender que aquel día era el de yoga con la/el alfa. Tenía muchos meses sin ir y la mayoría de los rostros eran nuevos, solo reconoció a dos omegas que parecían ya estar a días del parto.

Fictober 2021: Stucky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora