𝐃í𝐚 𝟐𝟓: 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨

225 21 3
                                    

James Barnes era el hijo menor de los reyes Winnie y George Barnes; el único hijo omega que sin duda alguna con su nacimiento les trajo a sus progenitores los mejores años de sus vidas, claro, al igual que el nacimiento de su hermana Becca, una alfa dos años mayor que el castaño, pero quienes se habían convertido en la felicidad del reino.

Nacer en la realeza tiene sus pros y contras. Mucha gente anhela la idea de formar parte de todo ese mundo creyendo que el tener un título real te hace ser más que otras personas y claro, tiene muchas ventajas, sin embargo, Bucky encontraba todo eso muy tedioso y hasta absurdo en la mayoría de los casos.

Y no era como si se considerara más que otros, no, el castaño odiaba que todos creyeran que unos valen más que otros solo por estatus social, los títulos y demás; Bucky se veía como cualquier otra persona y en eso nunca había hecho distensión alguna. Pero, sí, había nacido en cuna de oro, había crecido lleno de la mejor educación, los mejores juguetes y siendo alimentado con la mejor comida.

Aún así, no vivía en una burbuja, conocía las carecían que muchas personas tenían en su reino y desde pequeño había deseado poder ayudarles. Por lo que cuando tuvo la edad suficiente, comenzó a hacerlo, con la ayuda de sus padres planteándoles un plan sobre cómo ayudarían a los habitantes del pueblo con trabajos, educación y alimentos.

Había empezado con eso a la corta edad de diecisiete años y cuando llegó a los veintitrés, James seguía ayudando. De esa manera se había ganado el cariño de las personas y si hubiese sido el heredero al trono seguramente lo hubiesen amado, pero ese futuro era el de su hermana Becca, quien era igual de querida.

Al no ser el heredero al trono, Bucky no tenía tantas obligaciones ni preocupaciones, más que su ayuda social, por lo que no debía ir a tantos actos oficiales como Becca, de quien se burlaba cada que la veía vestida y lista antes de las ocho de la mañana. Y en realidad le gustaba no ser quien se encargara de todo eso, no tener las responsabilidades que ella tendría cuando fuese reina.

Por lo que mientras su hermana y padres estaban ocupados, Bucky aprovechaba el tiempo estudiando, ejercitándose o distrayéndose con actividades como la equitación, la música y la pintura. También gustaba de ir al pueblo, pasar por las calles empedradas y saludar a todos los que se encontraba

Justo estaba dirigiéndose hacia el pueblo, montado en su fiel caballo. Aparte de distraerse un poco, había quedado con el

Cuando llegó a su destino, vio a un hombre rubio sentado afuera de su lugar de trabajo. Joseph Rogers era su nombre, ex miembro del equipo de seguridad de la familia real, quien se había retirado cuando fue herido y por eso se había dedicado a algo más, solo para pasar el rato porque la familia real se había encargado de darle una pensión bien merecida con la que podía vivir cómodamente.

Pero entendía al hombre respecto a su necesidad de trabajar y entretenerse en algo; Bucky no podría pasar sus días sin hacer nada y alguien como aquel alfa menos, por lo que se había convertido en el carpintero número uno del reino y del pueblo.

—Buenas tardes, señor Rogers —saludó al alfa, quien se encontraba vestido con su ropa de trabajo, mientras entre sus manos tenían a tabla de madera, la cual dejó a un costado al solo ver al omega llegar. James se bajó de su caballo y caminó hacia el señor Rogers.

—Joven Barnes. Un placer verlo nuevamente —los formalismos no se habían desechado a pesar de que Bucky le había repetido al hombre que podía tutearlo y llamarlo por su apodo, pero entendía qué tal vez no se sentía tan cómodo para hacerlo, así que dejó de insistir—. Llegó justo a tiempo, estoy terminando el librero, solo unos últimos detalles —señaló el mueble de madera que se veía espectacular con el acabado que el rubio le había dado—. Si gusta puede esperar o si lo prefiere, yo se lo haré llegar para que no se quede aquí.

Fictober 2021: Stucky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora