𝐃𝐢́𝐚 𝟐𝟗: 𝐍𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚

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¿Podemos imaginar un mundo en el que ni Steve ni Bucky fueron a la guerra? ¿Donde Buck no fue reclutado y Steve comprendió que su destino no era ser el capitán america?

La vida en medio del inicio de una nueva guerra estaba llena de incertidumbre, más en un país como Estados Unidos donde se reclutan cientos de miles de hombres para defender, para inmiscuirse en una guerra que no debería pertenecerles. Y los estiramos que dejó la Primera Guerra Mundial sin duda alguna seguían lastimando a millones de personas.

Tanto Steve como Bucky apenas habían nacido cuando la gran guerra llegó a su fin, pero crecieron en un ambiente empobrecido y lastimado, primero por la guerra y después por la gran depresión. Pero sin duda alguna ambos fueron sumamente felices por todo lo que sus familias les dieron; mucho o poco, no importaba, el hecho era que crecieron para ser hombres de bien.

Se conocieron en sus primeros años educativos y desde que cruzaron palabra no volvieron a separarse. Se la pasaban juntos, platicando y apoyándose mutuamente; James defendiendo al pequeño Stevie, quien nunca había tenido una gran condición física ni de salud, por lo que el castaño fungía como su defensor.

Los años venideros siguieron juntos, en los momentos felices o en los tristes. Bucky estuvo allí cuando Sarah Rogers, madre de Steve, falleció después de caer enferma y no levantarse de cama durante semanas. El castaño no dejó al pequeño Steve ni por un segundo, le brindó su hombro para que llorara, se desahogara; algo que los amigos verdaderos hacen, pero a pesar de nunca haberlo hablado, ambos sabían que allí había más que amistad.

Apenas habían llegado a sus veintes cuando una nueva guerra estalló, las calles se llenaron de propaganda militar y los hombres fuertes, capaces y sanos eran reclutados; siendo alejados de sus familias para ir a combatir, sin saber si volverían a casa con vida o simplemente si volverían de alguna manera.
Era triste, demasiado triste, más para personas como ellos que vivían al día y el futuro se veía muy incierto.

Fue en una fría noche cuando se tocó el tema en medio de la cena que consistía en un poco de pollo y arroz. Steve fue el primero en mencionar la guerra y el como los conocidos que tenían estaban siendo llevados a la guerra, pero también mencionó una estupidez que hizo saltar el corazón del castaño.

—Hoy fui a las oficinas de reclutamiento —la cálida pero siempre segura voz de Steve distrajo al mayor, quien dejó de lado su tenedor y centró toda su atención en el rubio.

—¿De reclutamiento? —se limpió los labios—. ¿Por que fuiste ahí? —había escuchado a Steve mencionar lo horrible que era ver a todos sus conocidos ir a la guerra, defender a su país y al mundo, mientras él no hacía nada.

—Yo... quería enlistarme —se encogió de hombros como si aquella declaración no pudiese destrozarle la vida a James—. Ya te había comentado algo sobre eso.

—Dios, Steve. Sí, ya me habías comentado algo sobre eso, pero nunca me dijiste que realmente irías a los centros de reclutamiento —a pesar de que ya sabía la respuesta que seguramente el rubio había recibido al ir, la idea lo hizo sentir infeliz—. ¿Que sucedió? ¿Que te dijeron?

—¿Que me van a decir, Buck? —sonrió sin humor—. Me dijeron claramente que no, me rechazaron —apretó los dientes haciendo una mueca obvia—. Simplemente vieron mi historial clínico y tuvieron una pronta respuesta para mi —podía ver la desilusión en sus facciones, la tristeza y la rabia; todo junto—. Ni siquiera pude hacer alguna prueba o parecido, me desecharon, echaron.

James no iba a negar la felicidad que aquello le daba porque, vamos, ¿quien querría que su mejor amigo, su todo fuera a la guerra? Nadie y a Buck poco le importaba ser egoísta y alegrarse por algo que le causaba dolor a su amigo. No obstante, entendía la frustración que Rogers sentía, el ser rechazado, el no permitírsele participar en algo en que crees.

Fictober 2021: Stucky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora