Fictober 2021: Stucky

𝐃í𝐚 𝟏𝟑: 𝐒𝐮𝐞𝐠𝐫𝐨

Comenzamos la semana "hot" 🤭

La primera vez que Bucky vio al señor Rogers fue en una cálida tarde de domingo, cuando el hijo mayor, Grant (pareja reciente de Bucky), lo había llevado a su casa para conocer a su progenitor. Grant y Bucky habían iniciado un noviazgo y como todos, querían que sus progenitores supieran de este; Barnes había llevado al joven rubio con sus padres y ellos lo habían aceptado sin dudar, luego fue el turno de conocer al padre viudo de Grant Rogers.

Lo que más quería era dar una buena impresión, que su suegro lo aceptara y viera que era una buena opción para su hijo. Había escuchado muchas cosas sobre Steven Rogers, un hombre exitoso, trabajador y amoroso, pero nada más. Durante las horas previas al encuentro se había sentido nervioso, un nudo constante en su vientre no lo había dejado en paz, por lo que pensó que estaría así todo el día, pero cuando llegaron al hogar y entraron a la enorme casa, aquello quedó de lado porque toda la atención de Bucky fue dirigida completamente hacia el hombre que estaba sonriendo desde el sillón.

Barnes no pudo evitar observarle con detenimiento, sintiendo una atracción inmediata e incontrolable hacia el rubio. Verlo de pies a cabeza dejó drogado al castaño y cuando observó el rostro del rubio, el nudo que había sentido se convirtió en un constante cosquilleo. Su corazón latió con fuerza y sintió como el aire había dejado de llegarle a los pulmones. El señor Rogers era una versión más madura y mejorada de Grant; ambos con los mismos ojos azulados, cabello rubio oscuro y un rostro sin arrugas. Aunque lo único diferente era la clara madurez y la barba tupida.

No podía explicarlo, pero el hombre mayor había causado algo dentro del joven castaño, quien quedó encantado con solo verle. Claro, no pudo observarlo todo lo que quiso, tuvo que reaccionar para no levantar sospechas y menos dar una mala impresión. Se apresuró a presentarse y darle la mano a su suegro, quien energéticamente lo saludó de la misma manera, no sin antes observar a Bucky de pies a cabeza, de la misma manera en que el más joven lo había hecho.

El propósito de la visita había quedado de lado, Bucky hasta había olvidado por un segundo que el hombre al que tanto estaba observando era el padre de su pareja y estaban ahí para formalizar su relación. Eso no pareció importarle, durante toda la tarde su relación fue el tema menos recurrente entre los tres, concentrándose más que nada en conocerse (eso entre Steve y Bucky). Y aunque Bucky quiso aparentar la atracción prohibida, las constantes miradas indiscretas que estaba recibiendo por parte de Steven le dificultaron lograrlo.

Aquella noche, Bucky no pudo dormir del todo, sintiendo aún una inexplicable emoción brotar en su pecho y el recuerdo del precioso rostro con barbara tampoco ayudó demasiado. Sabía que estaba mal, sabía que era malo sentir atracción hacia el padre de tu pareja, pero, ¿estaba realmente mal? No era como si Bucky fuese a intentar algo con el hombre, vamos, eso sería ridiculo, así que llegó a la conclusión de que tener un enamoramiento por su suegro no era malo, no estaba traicionando a nadie y por supuesto, ni Grant ni Steven se enterarían.

Lo Bucky no sabía era que aquello no era un simple enamoramiento que pasarían con el tiempo, ni mucho menos era una fijación que podría tener por cualquier hombre maduro atractivo; le tomó un par de semanas, unos encuentros y convivencias más para descubrir lo profundamente enamorado que estaba por el mayor de los Rogers. Los besos que se daba con Grant, las caricias y las dulces palabras siempre traían a su mente un solo nombre: Steven Rogers. No podía pensar en nadie más, solo en él y muy a su pesar, Bucky estaba disfrutando sentirse así y hacer lo posible por convivir más con el hombre.

Las visitas a aquel hogar se hicieron más recurrentes y Bucky no negaría que se debía a su causa; inventar que prefería pasar el tiempo con Grant en su casa que en un lugar público no levantó sospechas. Así fue como logró convivir con el señor Rogers, encontrándoselo de vez en cuando por la casa, iniciando pequeñas conversaciones y en algunas ocasiones ayudándole a hacer la cena.