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Kim Seokjin había cambiado radicalmente su actitud en unos cuantos meses o... mas bien había dejado de aparentar ser lo que no era, todavía seguía en él esa esencia rebelde y algo arrogante, sin embargo aparte de la pelea con Kyung Soo ya no se había metido en otras y desde aquella primera vez con Namjoon ya no se había acostado con nadie mas, no lo necesitaba, el último fue ese chiquillo insulso con el cual ni siquiera recordaba el sexo, solo que se despertó a su lado en una casa que no le pertenecía y que tenia un dolor de cabeza infernal.

Todos habían notado su cambio, sus amigos, sus compañeros de escuela, los y las pretendientes, los profesores, incluso la mamá de Namjoon. Todos excepto su mamá.

Esa mañana estaba listo para ir a la escuela. Había pasado a la cocina para coger una manzana antes de salir, cuando la señora Kim se atravesó en su camino. Estaba usando un traje rosa de dos piezas entallado, su cabello lo llevaba recogido en un moño alto perfectamente peinado y en la baldosa repiqueteaba la punta de su tacón mientras se cruzaba de brazos.

—Seokjin —Habló con ese tono, como si siempre estuviera irritada —Hoy viene a cenar el arquitecto del nuevo proyecto de tu padre y por alguna extraña razón dice que su hija te conoce y "le caes bien".

Jin le devolvió la mirada alzando una ceja, su sonrisa se volvió desafiante al escuchar la ironía en el tono de su madre, como si no pudiera entender que alguien podría considerarlo en lo más mínimo, como si fuera de su casa también tuviera que ser odiado.

La mujer suspiró y continuó hablando —Así que debes estar en casa antes de las ocho para que nos acompañes, espero que te vistas decente y sacate esa cosa de la ceja.

Seokjin observó cómo su madre se giraba y se iba de la cocina sin esperar una respuesta o tan siquiera desearle un buen día.

A veces se asustaba por el rencor que albergaba hacia ella, no entendía pero se sentía continuamente mas enfadado con la mujer que con el esposo, ya que ella era su madre biológica, se supone que debería haberlo amado por naturaleza o al menos sentir un mínimo instinto protector hacia él.

Para Seokjin el rechazo del sr. Kim era normal y lo había entendido con los años, hasta el punto de justificarlo, porque se había creído muy bien las palabras de los demas, él era un hijo bastardo, el hombre fue engañado y obligado a cuidar de un niño ajeno, por su puesto que no iba a quererlo.

A pesar de que sus amigos le habían dicho lo contrario, Seokjin no tenía culpa de lo que pasó antes y si ese hombre lo protegió y lo amo como un verdadero hijo hasta los 6 años, las cosas deberían haberse mantenido igual con el niño, era su esposa la culpable, pero en cambio todos los malos tratos se los llevó Seokjin.

Lanzando de mala gana la manzana al frutero, Jin salió de casa camino a la de Namjoon para ir juntos a la escuela.

Su humor ya estaba arruinado, prefería cuando le decían que no se apareciera por casa ya que tendrían invitados. Pero asistir a esas cenas era horrible, le inventan una vida, una personalidad que no tenía.

Con las cejas fruncidas y pateando una pequeña piedra llegó hasta la casa de su novio. Namjoon ya estaba esperándolo afuera con la mochila perfectamente colocada en ambos hombros y los lentes levemente empañados por el frío.

—Seokjinnie —Saludó sonriendo mientras avanzaba al encuentro del castaño.

—Hola Namjoon.

—¿Pasó algo? —Preguntó el rubio al notar la voz molesta de Jin.

—Solo... solo, no es nada.

Namjoon hizo una mueca y se ubicó al lado de Jin, abrazandolo por los hombros lo pegó a su costado —Puedes decirme lo que sea, lo sabes.

¿Tenemos química? - (NamJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora