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Los pasillos estaban tan desiertos como siempre que Namjoon llegaba a la escuela.

Y como cada día él caminaba relajado con las manos en los bolsillos, la mochila colgando de un hombro y la música resonando en sus oídos.

Sin embargo esta vez unas manos lo tomaron de la mochila y lo empujaron hacia un baño desierto para que luego esos labios abultados que se le estaban comenzando a hacer familiares se estrellaran contra los suyos de forma necesitada.

Namjoon respondió enseguida llevando una mano a la mejilla de Seokjin mientras la otra se dirigia directamente a su trasero para apretarlo contra él.

—Buenos días —Susurró sobre los labios del castaño, apenas separándose unos milímetros.

Jin no respondió, pero sonrió entre medio de otro beso y arrastró a Namjoon contra el lavamanos sin obtener ningún tipo de resistencia por parte de este.

Luego una mano juguetona bajó hasta la entrepierna del más alto donde apretó levemente y fue bajando los besos por su cuello, deleitándose de ver como Namjoon se deshacía en jadeos, como su fachada perfecta se caía frente a él.

No era la primera vez que pasaba, es más, todo había comenzado el lunes siguiente al encuentro en la casa de Jin, cuando llegaron a la escuela odiandose como siempre o fingiendo hacerlo.

Sin embargo la tensión entre ellos hacia  el final del almuerzo era incomoda y asfixiante. Así que Jin no dudó en seguir a Namjoon al baño donde se besaron por largos minutos hasta que el timbre sonó para dar inicio a la última hora.

Pero las cosas no se detuvieron ahí. Cada día antes de comenzar las clases y al final del almuerzo ellos se encontraban en el mismo baño en un acuerdo tácito, para besarse y toquetearse por al menos quince minutos.

En un movimiento repentino Namjoon subió a Jin en el lavamanos y se pegó más a él, sus miembros se frotaron sintiéndose duros y necesitados a través de la ropa.

—J-joon

Ellos no hablaban en medio de sus encuentros, ni antes, ni después, sin embargo a veces compartían pequeñas frases, pero si había algo que hacía estallar la cabeza de Namjoon, era cuando Jin jadeaba su nombre, de forma corta y casi sin respiración.

—¿Mmm?

—Más, necesito más —Dijo con voz quedita.

Namjoon simplemente asintió y de forma ruda desabrochó el pantalón de Jin, metió su mano entre la ropa interior de este, sintiendo la extensión caliente bajo la palma de su mano.

Pero el maldito timbre sonó demasiado pronto y a regañadientes se separaron, con un hilo de saliva que se resistió un poco más.

Sin decir nada Namjoon se metió rápidamente la camisa dentro del pantalón y trató inútilmente de peinarse.

Cuando ya tenia la mochila puesta y estaba listo para salir Jin lo detuvo tomándolo del brazo y de un salto bajó del lavamanos.

—Solo uno más —Susurró y sin esperar respuesta se acercó nuevamente a los labios de Namjoon para robarle un pequeño beso.

El rubio negó sonriendo y caminó hasta la puerta del baño, donde nuevamente se detuvo al escuchar la voz de Jin.

—Almuerza rápido —Dijo sonriendo.

—Hoy no puedo, ayudaré con algo a Jungkook.

Jin sin darse cuenta abultó su labio inferior y a Namjoon le pareció precioso y adorable, tanto que le dieron ganas de mandar a la mierda la primera clase y acercarse nuevamente a besar al castaño hasta dejarlo con los labios hinchados y adoloridos. Sin embargo rápidamente reaccionó y salió corriendo por el pasillo hacia su salón.

¿Tenemos química? - (NamJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora