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Después del alboroto que habían armado y que por suerte no alcanzó a llamar la atención de ningún profesor, entraron todos al salón.

Jungkook dudoso de las palabras de Namjoon, que le había dicho que Hoseok no haría eso, podrían ser todos unos idiotas, pero como siempre decía, solo se creían chicos malos, él los conocía desde preescolar, así que Jungkook no tuvo más opción que dejarlo por la paz.

Namjoon le había explicado que Hoseok era un tipo inseguro que desde pequeño había buscado la aprobación de los demás, primero lo hacía por medio de regalos que compraba a los otros niños para que fueran sus amigos, hasta que notó que sus bromas los hacían reír y se convirtió en el payaso del curso, sin saber a veces donde estaban los límites de lo gracioso y lo hiriente, si hacía reír a los demás era suficiente, sin embargo sabía que no era capaz de llegar a golpear a alguien directamente ni a romperle sus cosas. Era simplemente estupido, no abusivo.

A Jimin lo conoció después, en tercero de primaria, había sido un buen alumno hasta hace poco, cuando conoció las fiestas y el sexo a los quince años, las cosas se descontrolaron un poco y dejó de prestarle tanta atención a los estudios. Su deporte favorito era voltear heterosexuales, le gustaba llegar a una fiesta y ver algún chico babeando por un culo femenino hasta que él se acercaba a bailar sutilmente y terminaban rogándole por atención.

Yoongi siempre había sido introvertido, incluso tan callado que nadie se daba cuenta que lo estaban molestando, apodos como fantasmita, mudo y enano, era lo mejor que se les ocurría a los crueles mocosos de 8 años. Estaba en el grupito más que nada por ser amigo de Seokjin, quien no era tan idiota de pequeño y lo había rescatado cuando los abusivos lo habían dejado encerrado por horas en un baño.

Y Seokjin, bueno Namjoon no sabía en qué momento se volvió tan estupido, siempre fue popular porque su familia tenía dinero y era un niño bonito, todos querían asistir a sus cumpleaños y constantemente le daban comida, fue hacia sexto de primaria más o menos que dejó de agradecer con sonrisas y simplemente dejaba en la basura la comida regalada. Después se volvió un adolescente y al igual que Jimin comenzó a salir con chicas o chicos, no distinguía, solo era usar y desechar.

Por eso mismo Namjoon no caía en sus juegos, los conocía demasiado bien, los había visto llorando con las rodillas raspadas y quejándose porque se habían dormido esperando a Santa.

Así que al día siguiente de la "casi" pelea, cuando se levantó de la mesa del comedor para ir al baño, no le preocupó ir solo. A pesar de que pudo ver por el rabillo del ojo como Seokjin lo seguía.

Sin embargo cuando llegó a la puerta del baño se giró para ver si el castaño lo seguía aún y no había nadie ahí, así que debía admitir que estaba un poco paranoico, pero quien podría culparlo, si Kim Seokjin había pasado de llamarlo nerd a insinuársele cada vez que tenía oportunidad, como si Namjoon fuera un estupido y no supiera que probablemente formaba parte de una apuesta o algún tonto desafío.

Namjoon se ubicó delante de un urinario, donde procedió a bajarse la cremallera y soltar un suspiro cuando pudo liberar toda esa gaseosa que había bebido durante el almuerzo.

-Wow no imaginaba que escondías todo eso bajo ropa tan fea - murmuró esa irritante voz a su lado.

Namjoon se abstuvo de responder y terminó con lo suyo en silencio, porque no había nada más desagradable que alguien te interrumpiera en un momento tan placentero como el estar orinando o masturbándote, aplicaba en ambos casos.

Cuando terminó de subirse la cremallera, fue a lavarse las manos con un insistente Seokjin detrás suyo.

-Vamos Namjoon, no te resistas tanto, si eres tú el que gana más con esto - se pego a su trasero y apretó su cintura, terminando por hacerlo perder la paciencia.

El más alto se giró rápidamente y cambió lugares con el castaño, apretándolo contra el lavamanos y pegando su entrepierna a la contraria, rodando sus caderas de forma brusca.

-Dime Seokjin ¿esto es lo que buscas tan desesperadamente? - siseó cuando simuló una embestida.

Pero Jin no lo tenía mucho mejor, porque soltó un vergonzoso gemido que incluso lo hizo enrojecer, a él, al más guapo de la escuela. No fue capaz de responder, simplemente asintió contra su propia voluntad, avergonzándose aún más por el rol sumiso que estaba adoptando.

-Te lo voy a decir solo una vez más - susurró Namjoon en su oído, de la misma forma que el castaño hacía con él- Deja de acosarme o voy a ponerte en cuatro en este mismo lugar y voy a entrar en ti sin preparación, haciéndote gritar tanto que todos se darán cuenta que no eres tan malo ni dominante como finges.

Observó por una última vez como Jin pasaba saliva y lo dejó ahí solo y tan malditamente caliente como él.

Jin se quedó por algunos minutos en el baño, apoyado en el lavamanos en la misma posición que Namjoon lo había dejado, no podía creer que ese intento de persona había osado a retarlo y tocarlo como si nada, admitía que su falta de respuesta y pasividad había sido únicamente porque lo había pillado con la guardia baja. Pero es que quien en el mundo podría haber imaginado que un don nadie como Kim Namjoon hubiera tenido el atrevimiento de tocarlo, de hacerlo sentir "eso".

Cuando al fin logró recomponerse se acomodó nuevamente el uniforme e hizo girar el piercing en su ceja admirando su reflejo.

Al salir del baño se encontró con una chica de un grado inferior y solo le hizo falta una mirada, un guiño y una inclinación de cabeza hacia el baño para volver a estar en el lugar, reafirmando su control, con una castaña de rodillas en el sucio suelo mientras veía desaparecer su miembro en la boca de esta.

Y no, la chica no era una perra ni una cualquiera, solo una ingenua que pensaba que por complacer al chico más guapo de la escuela podría enamorarlo y hacerlo cambiar.

¿Tenemos química? - (NamJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora