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Jin lloró por unos veinte minutos en los brazos de Namjoon, tan desastroso que ni siquiera se cuestionó cuando la posición fue incómoda y escaló al regazo del rubio.

Namjoon no dijo nada, solo lo abrazó más fuerte y metiendo las manos bajo la sudadera de Jin, le acarició con movimientos circulares la espalda baja, sintiendo bajo las yemas de sus dedos ese pedazo de piel suave y calida.

Poco a poco los sollozos fueron convirtiéndose en pequeños suspiros hasta que las lágrimas se secaron en las mejillas de Seokjin dejandole la piel tirante.

Un tímido beso fue dejado en el cuello de Namjoon y este se tensó levemente porque Seokjin no se encontraba bien emocionalmente, sin embargo sus manos siguieron moviéndose suaves sobre la espalda baja del castaño y permanecieron juntos mientras los minutos pasaban, incluso después de que Seokjin comenzara a moverse levemente sobre el regazo de Namjoon.

—J-jin... Detente, no estas bien —Susurró Namjoon cuando los movimientos de Jin ya lo tenían medio duro.

—Shhh estoy bien, muy bien.

No quiso decir que justo en ese momento después de desahogarse con Namjoon y quedarse entre sus brazos se habia sentido mejor que en cualquier momento de los pasados 8 años, porque se sentiría demasiado vulnerable, demasiado serio. Sin embargo no era tan bueno fingiendo con sus ojos como lo era con sus palabras, por lo que cuando se alejó unos centímetros de Namjoon para poder mirarlo concienzudamente, este vio "algo" que lo llevó a quitarle los anteojos redondos y después de hacer lo mismo con los suyos, juntó sus frentes antes de hacer lo mismo con sus labios.

El beso fue distinto, no hubo prisas cuando Namjoon tomó el labio inferior de Jin entre los suyos y succionó levemente para luego besar una y otra vez con la boca cerrada, tomándose un buen tiempo antes de incluir la lengua.

—Joon tu sabes... —Dijo Jin sin saber como continuar, ladeando su cabeza y mirando a Namjoon interrogante en caso de que él pudiera entenderlo sin palabras.

—Lo sé —Susurró Namjoon y volvió a besarlo.

Claro que lo sabía, lo vio en sus ojos, eso ocurriría solo una vez, Jin no podía darle más que eso y Namjoon tampoco estaba dispuesto a luchar por más, no quería salir perdedor como muchos otros atrapados en el ojo del huracán "Kim Seokjin".

Fue Jin quien tomó el bajo de la camiseta de Namjoon para subirla hasta obligarlo a subir los brazos y separarse por unos segundos en lo que sacaba la prenda por sobre su cabeza.

Segundos que se alargaron un poco cuando pudo apreciar esa preciosa piel siendo apenas alumbrada por la poca luz del atardecer que lograba filtrarse a través de la ventana.

Paso las yemas de los dedos suavemente, tan suave que Namjoon apenas sintió el toque sobre sus hombros y luego en el pecho, justo sobre su corazón.

Apartándose un poco de la entrepierna de Namjoon se saco su propia sudadera de ese versonzoso tono pastel por el que fingía disgusto y volvió a mirar al rubio cuando este lo tomó de la barbilla para observarlo directamente a los ojos, como nunca nadie había hecho, a pesar de que lo tenía desnudo de cintura para arriba, a él, el chico de oro, parecía que lo único importante eran sus ojos, su mirada tierna y vulnerable desprovista de toda esa arrogancia habitual.

—Eres tan lindo Jinnie.

—Yo...Yo... —Sintió el rostro caliente y se tragó el habitual "Lo se" o el "Eres un chico con suerte" —Tú también, eres guapo Namjoon y...y me gustas.

El más alto cerró los ojos y dejó escapar  el aire con un suspiro, sonriendo con los labios cerrados, porque era obvio que ellos se gustaban, quizás un poco más que eso, pero escuchar las palabras directamente de la boca de Jin se sentía como estar flotando entre las nubes.

¿Tenemos química? - (NamJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora