Traicion que poco importo

//Capitulo 38/Ellos//

Narrador Omnisciente.

La pequeña rubia estaba mas que confundida, no entendía como aquel chico raro, que parecía un ultimo emo existente en la faz de la tierra, fuera a ser un chico de alta clase y con un físico muy atrayente.

(Para que entiendan, es como Ishigami de Kaguya-sama, pero mas emo aun)

- Esa reacción tuya fue muy grosera- Dijo el chico con un tono enojado.

- Lo siento- Dijo Celia mientras hacia una mini reverencia.

- Cálmate Celia, el puede parecer refinado con ese traje, pero la verdad es que es un simple gruñón que de bueno solo tiene su fuerza- Dijo la presidenta del consejo estudiantil con un muy notorio tono de burla.

- Eso también fue muy grosero- Dijo el chico con un tono aun mas enojado- Por cierto, solo tenia que darte esto y me voy- Dijo mientras sacaba de su mochila su cuaderno de apuntes.

- Oh joven, por favor no se vaya- Dijo Izuku mientras aparecía detrás del salvador de la pequeña- En muestra de agradecimiento por ayudar a nuestra pequeña, nos gustaría darle todo lo que pida gratis- Dijo con un tono muy cordial.

- No es necesario- Respondió con un tono fastidiado- No me interesa que sea gratis- Dijo mientras comenzaba su andar hacia la puerta.

- Oh, pero joven, no creo que le gustara salir de este local de esta manera- Dijo un Akihiko tomándolo del hombro.

- ¿Y por que será eso?- Pregunto mientras miraba de manera asesina al mayor.

- Quizás, para no enojar a dos ex-militares de la gran guerra del medio oriente- Dijo ejerciendo fuerza en el hombro del chico.

- ¿Dos?- Pregunto confundido, cuando en sus espaldas sintió una gran presión.

- Exacto, dos- Dijo Dánae mientras daba una sonrisa, aunque su aura era asesina.

El chico solo mantenía una mirada indiferente ante la situación, pero la verdad es que sentía miedo del aura de la chica, y en su hombro sentía como si su hueso estuviera a poco segundos de ser partido en dos.

- Pensándolo bien, tengo un poco de hambre y tiempo libre, creo que será bueno tomar vuestra oferta- Dijo mientras daba una sonrisa, que ocultaba todo su nerviosismo.

- ¡Perfecto, vaya a sentarse, el pecoso tomara su orden!- Dijeron a la vez mientras se alejaban del muchacho.

Mientras toda esa situación ocurría a las puertas del local, en el fondo se encontraba la querida rubia, que estaba tapando su cara de la vergüenza, y sus compañeros del consejo estudiantil estaban algo asustados de las personas que trabajan en el local.

- Por favor, olviden eso, solo se comportan así cuando es algo relacionado conmigo- Dijo Celia de manera apenada.

- Cla-claro, no es nada, todos tenemos familiares sobre protectores- Dijo la presidenta con un tono temerosa- ¿Verdad Julián?- Pregunto dándole unos leves codazos.

- ¡Cla-claro que si! Mi padre es igual de vez en cuando- Dijo con unos notorios nervios.

- (Tierra trágame)- Pensaba la pequeña rubia sobándose la cien- Bueno, ¿Me podrían explicar como se hace esta actividad?- Pregunto tratando de que ellos olvidaran aquella escena.