14. Pedir perdón

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─¿Holaaaaaaa? ¿Puedes oírme? ─preguntó la chillona voz de Grim.

Yuu sintió haber despertado de un trance cuando volvió a encontrarse en el laberinto de rosas. Estaba de pie junto a Ace y Deuce. Grim estaba a sus pies, dándole pequeños tirones de los pantalones con una de sus patas.

Parpadeó un par de veces y los miró con sorpresa.

─Por fin bajas de las nubes ─dijo Ace.

─Menos mal, pensé que te habías traumado por la batalla ─suspiró Deuce, aliviado.

─¿Qué? ¿Me distraje? ─preguntó Yuu, sacudiendo suavemente la cabeza.

─Te quedaste quieto como una estatua, y cuando comenté que no te habías caído de rodillas tras vivir algo terrorífico te pusiste de pie y caminaste como si alguien te controlara. Tenías los ojos muy abiertos y apenas parpadeabas. ¡Dabas tan mal rollo! ─explicó Grim─. Te hablamos, pero no contestabas, ¿qué narices te ha pasado?

─No... No lo sé ─tartamudeó como respuesta.

No estaba mintiendo del todo, aún recordaba aquel extraño encuentro con Riddle y sus memorias, pero seguía sin encontrarle explicación.

El ambiente había regresado al día azul y soleado de aquella tarde, con la diferencia de que el jardín había sufrido destrozos y estragos como resultado de la batalla. Trey continuaba arrodillado junto al cuerpo inconsciente de Riddle, a su lado estaban de pie Cater y el director, quien había regresado, conteniendo la respiración.

Se fijaron que Riddle apretaba los ojos, como si fuera a despertar finalmente. Trey jadeó con sorpresa y le tocó suavemente el hombro.
─¡¡¡Riddle!!! ─lo volvió a llamar.

Riddle abrió los ojos repentinamente con una fuerte exhalación.

─¡Oh, abrió los ojos! ─reiteró Ace con cara de pocos amigos, indicando que aún no iba a dejar de lado lo que había ocurrido minutos atrás.

Cater suspiró aliviado.
─¡Ah, menos mal! ¡No sabíamos si ibas a despertar o no!

Entre jadeos, Riddle se irguió y miró a su alrededor antes de apretar los ojos como reacción ante el desastre en el que se había convertido el jardín.
─Yo... ¿Qué he hecho? ─preguntó.

─Qué gran alivio ─sonrió Crowley─. Por fin ha vuelto a sus sentidos.

Trey rodeó la espalda de Riddle con el brazo para ayudarlo a sujetarse.
─No pienses en nada ahora, limítate a descansar ─le respondió.

Ace era el único que no parecía contento con la situación y cruzó los brazos.

─¡Ah, vamos! Pues claro que va montar un berrinche así cuando es regañado si lo único que hacéis es consentirlo de esa forma todo el rato ─señaló a su alrededor, ganándose un desvío de mirada por parte de Trey─. ¡El jardín es un desastre y estamos en problemas!

─Realmente fue una locura ─comentó Deuce.

─Madre mía, se ve que no es nada bueno tragarse y aguantarse el estrés ─suspiró Grim con desdén.

Aún erguido sobre el suelo, Riddle observó a Ace con una mirada que reflejaba su cansancio y desánimo.

─Yo... ─murmuró tras mirarlo varios segundos en silencio─. Yo realmente quería comerme aquellas tartaletas Mont Blanc...

─¿Qué? ─preguntó Ace, sorprendido por la confesión.

─Las rosas están bien siendo blancas... Y los flamencos también lo están siendo rosas ─continuó Riddle─. Prefiero añadir miel al té más que poner terrones de azúcar, y me gusta más el té con leche que con limón ─cerró los ojos con frustración─. También quiero quedarme hablando con los demás a la hora de comer...

Twisted Wonderland | La Marca De MickeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora