Twisted Wonderland | La Marca De Mickey

17. El Rebelde De La Sabana

Durante el domingo por la noche, después de irse a dormir, Yuu volvió a visualizar el espejo de su habitación y un nuevo lugar que no había visto nunca. Parecía estar en medio de la sabana africana y delante de él se divisaba una enorme roca rodeada por muchos animales como elefantes, jirafas, antílopes, distintos tipos de aves y muchas más especies distintas de la zona.

─¿Otro sueño? ─preguntó en voz alta─. Qué fuerte suena el viento...

Aquel sueño no tenía nada que ver con Alicia y la Reina de Corazones, Yuu ni siquiera llevaba puesto el vestido azul, en su lugar estaba vestido con una camiseta de algodón blanca con un diseño tribal en el cuello, unos pantalones marrones del mismo material y unas sandalias en los pies.

Se levantó la manga izquierda y, tal y como esperaba, la marca azul estaba iluminada.

Al levantar la vista, volvió a ver la oscura sombra con forma de persona, su silueta tampoco parecía llevar un vestido, por lo que dedujo que llevaba la misma ropa que él. La chica, en caso de tratarse de una, miraba atentamente a los animales alrededor, como si estuviera tan confundida como él. Yuu pudo ver que su hombro derecho también emanaba un brillo azul.

La chica acabó por fijarse en él y se sobresaltó.

Lo más sensato en momentos como aquel sería tener cuidado y echar a correr, pero por alguna razón, Yuu, si bien estaba intrigado, no sentía miedo por ella. Sin embargo, siguió manteniendo la distancia.

─Oye ─la llamó─. ¿Quién eres? ¿Qué es todo esto?

No obtuvo respuesta. Ambos volvieron a fijarse en lo más alto de la roca al ver lo que parecía ser un anciano mandril sujetando en brazos un pequeño animal.

Entonces alzó el animal en brazos como si lo estuviera presentando a todos los animales, revelando ser una pequeña cría de león.
─Simba... ─susurró Yuu. Igual que con Alicia, sabía el nombre de los presentes a pesar de no haberlos visto nunca.

Como si de un milagro se tratara, unos rayos de sol se filtraron desde lo más alto de las nubes e iluminaron al pequeño león. Los demás animales se inclinaron en una reverencia en señal de respeto. Poco después aparecieron junto al mandril los padres de Simba, una pareja de leones que miraban orgullosa y tiernamente a su bebé.

No hubo necesidad de palabras ni contexto, el momento era realmente increíble y majestuoso.

La chica volvió a centrarse en los animales de la parte de abajo e intentó atreverse a tocar uno de ellos, pero las imágenes comenzaron a desaparecer y se echó atrás.

Aquello indicaba que el sueño había terminado, pero Yuu no sentía que fuera a despertar y continuó en el sitio, ahora convertido un espacio grisáceo sin animales ni cielo azul, solo ella.

La chica volvió a girarse hacia él y se quedaron mirando por un rato. Ella debió fijarse también en la luz azul de su hombro izquierdo, porque se le ocurrió levantarse la manga derecha y gestuó un movimiento de sorpresa con la cabeza, como si viera su marca ahí por primera vez.

Reuniendo el valor para realizar el primer movimiento, Yuu se acercó a ella.
─Disculpa...

Sin embargo, la chica dio un paso atrás. Yuu dio un par de pasos más con duda y ella echó a correr en dirección contraria.

─¡Espera, vuelve! ─exclamó Yuu antes de correr detrás de ella.

Apenas corrieron por unos segundos porque la chica se tropezó, se giró sobre el suelo y se miró los pies con gesto acusador. Al parecer no estaba acostumbrada a correr con sandalias...

Yuu tampoco lo estaba, pero pudo alcanzarla. Al verlo acercarse, la chica sacudió asustada la cabeza con rapidez e intentó alejarlo con una patada que no llegó siquiera a tocarlo.