43. Peligro Bajo el Mar

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Durante aquella noche en la que los mellizos habían tenido que dormir en lugares distintos, ambos visualizaron el espejo de la habitación de Yuu. Lo atravesaron y se encontraron en aquel espacio gris con el que eran tan familiares. Ambos estaban vestidos con la misma ropa de la última vez: él con la camiseta blanca y los pantalones azules, y ella con el vestido azul y el lazo en el cabello.

—Yukiko. ¿Llegaste bien anoche? —le preguntó Yuu, no pudiendo esperar a la mañana siguiente.

—Sí. Esos dos ya se habían ido cuando llegué a casa.

El espacio gris se tornó negro como la noche y ambos se agarraron de la mano para evitar perderse.

—Nunca antes había estado tan oscuro... —comentó Yuu. Ni siquiera en la cueva de Scar había tanta ausencia de luz.

Nada más mencionar aquello, una luz apareció y reveló el largo pasillo de una caverna. Lanzaron un grito y se echaron atrás al ver que unas extrañas criaturas alargadas de aspecto tenebroso a sus pies y en las paredes tenían ojos y boca y emitían unos alaridos de temor.

—¿¡Qué son esas cosas!? —exclamó Yukiko.

—¿Animales? No... ¡¿Plantas...?! —juzgó Yuu a partir de sus cuerpos sin extremidades y que estaban ancladas al suelo

Pero aquellas criaturas no eran las únicas en aquel lugar, pues la hermosa sirena pelirroja que había salvado al príncipe acababa de entrar nadando, lo que indicaba que estaban bajo el mar, lo suficientemente profundos como para que la luz no llegara a alcanzar.

Ariel también observó con miedo y confusión a las plantas mientras se adentraba. Una de ellas se enrolló repentinamente alrededor de su muñeca y tiró de ella con miedo, como si tratara de detenerla de cometer un error (esto fue apoyado por el comportamiento del resto: unas se estiraron para intentar hacer lo mismo y otras negaban la cabeza con insistencia). Pero ella logró liberarse y apartarse.

—Adelante. Adelante, pequeña —resonó una misteriosa voz femenina que resultó ser una mujer de pelo blanco y piel lila que no habían visto nunca.

—¿Otra sirena? —comentó Yuu en voz alta cuando la vio a la luz.

Sabían de historias y leyendas que hablaban de sirenas de diferentes especies dependiendo de la parte inferior de su cuerpo. La nueva sirena, en lugar de las más comunes como Ariel que presentaban cola de pez, tenía ocho tentáculos fuertes de pulpo de color negro que daban la sensación de formar un vestido que se ondeaba bajo el agua.

—¿Por qué sé que se llama Úrsula? —cuestionó Yukiko, pero no había tiempo de cuestionarlo porque las imágenes continuaban hablando.

—A ver, así que estás aquí porque sientes algo por ese humano, ese... principito —continuó Úrsula.

Las imágenes dieron un aparente salto temporal y cambiaron a Ariel y Úrsula sobre lo que parecía una plataforma de piedra que resultó ser un oscuro caldero anclado al suelo submarino mientras las morenas Flotsam y Jetsam continuaban nadando cerca.

—Te prepararé una poción que te transformará en ser humano por tres días. ¿Entendido? Tres días —explicó Úrsula y comenzó a formar imágenes de luz que salían de su caldero, dejando en claro que sabía usar magia—. Antes de que se ponga el sol el tercer día, tendrás que conseguir que el príncipe se enamore de ti.

Las imágenes volvieron a dar un salto. Los mellizos no estaban seguros de qué podrían haber hablado, pero ahora Ariel se veía más incómoda y Úrsula creó un contrato dorado que a Yuu le recordó de una manera que no le gustaba nada al que acababa de firmar con Azul.

Twisted Wonderland | La Marca De MickeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora