24. La Chica De La Nieve (I)

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Abrió los ojos repentinamente tras aquel turbulento sueño. Trató de mirar a su alrededor, pero no pudo divisar más que oscuridad y el cansancio aún le nublaba la mente. Suponiendo que aún era de noche, cerró los ojos para sucumbir nuevamente a los brazos de Morfeo.

No supo calcular cuánto tiempo más había dormido tras despertarse por segunda vez. Bostezó, se frotó los ojos y estiró los brazos para desperezarse. En eso, sus manos se chocaron con algo que parecía una pared, dio un respingo de sorpresa y continuó moviéndose para acabar dándose cuenta de que estaba encerrada en una especie de caja.

─¿Hola? ─preguntó confundida.

Se suponía que debía despertarse en su habitación. ¿Acaso estaba soñando? De ser el caso, aquel sueño era demasiado realista y no le gustaba en absoluto.

─¿¡Hola!? ─repitió, nerviosa, antes de golpear la pared delante de ella─. ¿Hay alguien ahí? ¿¡Qué es esto!? ¿¡Dónde estoy!? ¿¡HOLA!?

Siguió golpeando y gritando por varios minutos, asustándose casa vez más por cada segundo que pasaba.

Finalmente, un estudiante de una edad menor a la del resto estaba levitando tranquilamente por los pasillos de camino a su clase y se paró de repente al sentir con sus sensores de movimiento alguien moverse con miedo y agitación.

Curioso y extrañado, localizó su origen en la Sala del Espejo y se acercó allí.
─Qué raro... Está a punto de comenzar el primer período de clases, ¿quién podría estar aquí? ─se preguntó en voz alta.

Abrió la puerta y se sorprendió al divisar a lo lejos una de las puertas con forma de ataúd apoyada de pie en el suelo, justo delante del Espejo de la Oscuridad. Incluso desde aquella distancia, él podía escuchar sin necesidad de sus avanzados sistemas de audición unos lejanos sonidos de golpes y gritos de ayuda procedentes de su interior.

No se demoró en propulsarse rápidamente hasta detenerse delante de la puerta.
─¡Eh, eh, eh, eh! ─exclamó con insistencia─. ¡Cálmese, por favor! No golpee más la puerta o se hará daño.

Al escuchar finalmente una voz del exterior, la chica se calmó y finalmente pudo respirar tranquila.
─¡Oh, por fin...! Alguien que me escucha ─exclamó entre jadeos─. ¿Quién eres? ¿Quién me ha metido aquí? ¿¡Qué significa todo esto!?

─Tranquilícese, estoy seguro de que encontraremos una respuesta a todo ─le dijo el pequeño androide─. Pero primero tiene que calmarse, puedo detectar que su cuerpo está produciendo una gran cantidad de adrenalina y que su pulso está sobrepasando los 110 latidos por minuto. Intente detenerse y respirar profundamente...

Al sentir seguridad por tener alguien cerca, apoyó la espalda sobre la pared trasera y trató de recuperar el aliento. Pudo notar el fuerte latido de su corazón calmarse considerablemente.

─Ya está, ya estoy tranquila... ─aseguró.

El androide creó unos hologramas azules con forma rectangular para analizar sus signos vitales a través de la puerta y asegurarse de que estaba en una buena condición.
─Escáner finalizado ─dijo con una voz automatizada antes de alegrarse por los buenos resultados─. ¡Perfecto! Ahora podemos hablar con claridad. ─Hizo desaparecer los hologramas y frunció el ceño, extrañado, al no poder quitarse un pensamiento de la cabeza─. Si no es mucha molestia, ¿podría hacerle una pregunta que puede sonar extraña?

Ella parpadeó un par de veces, sorprendida.
─Eh... Sí, supongo que sí ─respondió. Lo que se se estaba volviendo realmente extraño era aquel sueño.

─Para ponerlo de una forma simple, al analizar sus signos vitales he podido observar unos datos que me han llamado especialmente la atención. Esto... ¿es usted una chica?

Twisted Wonderland | La Marca De MickeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora