37. Otro Primer Día

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Tal y como había dicho Crewel, Yukiko recibió sus nuevos uniformes escolares al estar ya terminados el martes por la tarde. Ahora se estaba poniendo el uniforme principal para asistir finalmente a su primer día de clase.

—Vamos, Yuki —la llamó Yuu desde la puerta de su habitación—. Los demás nos están esperando para ir a clase.

La joven se miraba delante del espejo mientras luchaba para atarse la corbata.
—¡Ya voy, un segundo! Quiero intentar atarme la corbata como tú.

Sus uniformes siempre habían llevado lazos hasta ahora, nunca antes se había puesto una corbata como la de un traje y se le estaba haciendo difícil.

—No le des más vueltas, átatela como un lazo, como hiciste ayer —le dijo Yuu—. Hay muchos que lo llevan así, como Riddle y Lilia.

Yukiko no se lo pensó dos veces y se lo ató así en cuestión de segundos.
—¡Ahora sí! ¿Qué tal?

Ya se había probado el uniforme escolar que le había dado el profesor Crewel el día anterior y ahora lo llevaba puesto para asistir finalmente a clase. Bajo la chaqueta llevaba un chaleco amarillo y, en el brazo izquierdo, la banda a rayas negras y amarillas que representaba su dormitorio, y su pluma mágica estaba guardada en su respectivo bolsillo.

—¡Muy guay! —respondió Grim, demostrando que su opinión del día anterior no había cambiado.

—Sí, te queda muy bien —añadió Yuu.

Hacía tan solo un mes desde que Yuu se había imaginado a su hermana estudiando con él en el Night Raven College con muchos más chicos, una pequeña ocurrencia con diversos escenarios posibles que le parecía divertida. Pero ahora que la veía ahí, vestida con el uniforme y lista para comenzar su primer día allí, se sentía incluso más real que cuando Crowley había anunciado la noticia.

—¡Eh, no te dejes la pluma mágica! —le recordó Grim al fijarse que no la llevaba en su respectivo bolsillo—. Puede que no sea tan guay como mi gema mágica, pero la vas a necesitar para hacer magia, ¿sabes?

—Oh, cierto...

Yukiko recogió la pluma mágica que se había dejado en la cama y la miró con duda antes de suspirar y colocarla en su respectivo bolsillo de la chaqueta.

—¿Estás nerviosa? —le preguntó Yuu, sabiendo bien del esfuerzo que ella había tenido que hacer por algunas horas durante aquellos dos días para poder acostumbrarse a usar la gargantilla blanca. Si ya había sido difícil verla aguantar las náuseas y las ganas de toser, no quería ni imaginarse lo duro que habría sido para ella.

—Un poco —admitió ella, sintiendo un nudo en el estómago—. Quiero decir, quiero aprender a usar magia. Pero ¿¡pasando por lo de ayer!? Ya lo sé, la mayoría es teoría y los primeros hechizos son fáciles, que no debo preocuparme y todo eso, pero...

Era algo común que un nuevo estudiante se sintiera nervioso durante su primer día en una escuela nueva, pero recibir una magia inestable y comenzar inmediatamente en una escuela de magia era el colmo. Se suponía que aquello ocurría únicamente en libros y películas.

—Por lo menos ya no te hace tanto daño ponerte el choker blanco —le recordó Grim para animarla—. Ojalá tu magia no fuese tan mala contigo... ¡Pero sigo pensando que te ayudará a hacer hechizos más rápido, sabes! ¡Seguro que lograrás montar en escoba como una pro en un periquete!

Lo que más ilusión le hacía a Yukiko era poder montar en escoba, como las brujas de los cuentos y las protagonistas de aquel anime de chicas mágicas que solía ver con su Yuu cuando eran muy pequeños. Yuu era incapaz de montar y no se le había ocurrido montar una con la ayuda de alguno de sus amigos (Grim se había ofrecido, pero fue rechazado de inmediato por tener una escoba muy pequeña y se emocionaba mucho cuando volaba a gran altura.)

Twisted Wonderland | La Marca De MickeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora