¿Todo es efímero? ANTIGUA VERSIÓN

3- YO NO PINTO NADA

—¿¡Pero yo no te dije que fueras despacio?! —Le di un toquecito en el hombro.

—¿Piri yi ni ti diji qui fuiris dispicio? —intentó imitarme con una voz aguda y estúpida.

—Eres odioso —balbuceé.

—Y tú una pesada.

—Pues tú eres un tonto.

—Vaya, casi me rompes el corazón, niñata.

—Diabólico.

—Pues bien que estás pegadita a mí —en cuanto dijo eso me di cuenta de que todavía tenía las manos en su cintura.

Y además, eso no fue lo único que me horrorizó...

—¿Dónde está la botella? —Me bajé de la moto y comencé a girar en círculos tratando de encontrarla. Me empecé a sentir culpable cuando pensé que la había perdido, la había abandonado, seguro estaba muy triste y si no la encontraba no me iba a perdonar.

Mis pensamientos cuando bebía eran un poco raros...

—Leanny, la guardaste en tu bolso,que está ahí dentro —Me miró con confusión.

Abrí el maletero del asiento para reencontrarme con la botella, pero un mareo hizo que me detuviera al instante, de repente empezó el dolor de cabeza, y luego empecé a ver borroso. A partir de ahí no recordé más nada.

Cuando fui consciente de nuevo,no veía nada. Pasé mi mano delante de mi cara pero seguía sin ver nada, y fue entonces cuando me asusté de verdad.

—¡Estoy ciega! ¡Ayuda por favor, no veo nada! —lloriqueé con sentimiento sin un verdadero motivo.

—Si no abres los ojos es obvio que no vas a ver nada —Abrí los ojos de golpe al reconocer esa voz.

Lo primero que hice fue mirarme a mí misma rezando por no estar desnuda. Agradecí por seguir con mi vestido.

Mis ojos pasaron rápidamente al chico que estaba sentado en el suelo de la habitación con una sonrisa de malicia.

Decidida a preguntar el porqué estaba ahí, él habló .—No me he acostado contigo —Se puso de pie recordándome su gran tamaño—. Más quisieras — murmuró.

—Más quisieras tú. Y ni siquiera te iba a decir eso, te iba a decir que dónde están los demás, porque yo aquí no los veo. ¿O me has secuestrado? —Eso último salió a la carrera, que estupidez preguntar eso,¿qué me pasaba?

—A ver, secuestrada estarías tú ahora mismo si te hubiese dejado en la puerta de tu casa desmayada y drogada, porque ni siquiera encontrabas tus llaves, y yo no iba a meter la mano en tu bolso. Aunque según tú, tu novio iba a ir a recogerte en unicornio para llevarte a no sé dónde —Me costó un poco recapacitar todo lo que me estaba diciendo, en ese momento solo me funcionaba media neurona.

—Pero si yo no me drogo, y tampoco tengo novio —Fruncí el ceño, estaba bastante confundida.

—Que sé yo, yo solo te traje aquí porque no se me apetecía cargar con la culpa de dejar a una mujer al alcancé de hombres como los que hay hoy en día, y porque si no Bryoni es capaz de venderme a la mafia China. Y hablando de ella, me dijo que te dijera que fueras a su casa, vamos a estar todos los de ayer, así que si no vienes un favor que me haces, y a ti también —¿Qué le había echo yo para que me tratase de esa manera? Bueno, quizás el humor negro estaba muy presente en su vida.