16-TOMA A UN ÁNGEL POR LAS ALAS,ES HORA DE CONTARLE TODO

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—Si sigues pensando a todo meter te va a estallar el cerebro.—Dijo Tyler aparcando la moto.

—No estoy pensando en nada.

—Sí lo estás, cuando estás enfadada o piensas demasiado frunces el ceño y haces un pequeño puchero.—Hizo una pausa al ver que no decía nada.—¿Qué te pasa ahora? Leanny, te tengo calada.

Era obvio que no iba a ser tan directa respecto a lo que había estado pensando.

—Sigo sin entender el porqué de repente te preocupas por mí.—Me bajé de la moto y puse el casco en la estantería.

—Porque me estoy dejando llevar por lo que siento.—No contesté, no quería contestar.

Por primera vez en mucho tiempo eché de menos mi casa, ahora si quería estar en ella, viendo una peli, durmiendo, lo que fuera, pero quería estar allí. Aunque por otro lado yo misma me lo impedía, no me quería relacionar con mi madre después de esa discusión, estaba segura que nuestra relación caería en picado.

La madre de Tyler y Kennedy no hacía mucho que se habían ido cuando la amiga de Tyler llegó para recoger a Mackenzie.

—Pero yo me quiero quedar con ustedes.—Se quejó.

—Princesita, no lo voy a discutir por milésima vez. Además, Nathy tiene una sorpresa muy rica para ti.—Dicho eso los ojos de la niña brillaron intensamente.

—Bueno, vale, adiós.—Se fue corriendo al coche de Nathy.

Por un momento me sentí rara al estar a solas con Tyler, sentía todo mi cuerpo en una alarma roja apagada, pero que cada vez que me tocaba o me miraba directamente a los labios se encendía.

Llevábamos un buen rato en silencio, y si así iba a ser todo el día íbamos por el mal camino porque todavía quedaba mucho para que la hora de dormir.

—¿Me ayudas a preparar el almuerzo?—Dijo de repente. Asentí.

Fuimos directamente a la cocina. Tyler se sentó encima de la isla mientras que yo me quedé frente a él.

—¿Te gusta la pasta con queso?—Pfff, pues claro, era mi comida favorita. Cuando a mi madre no le daba tiempo de cocinar yo solía cocinar eso.

—Sí.—Tyler se levantó y de un cajón sacó una olla para luego llenarla de agua y ponerla a hervir.

Mientras esperábamos yo estuve un buen rato mirándome la venda de la mano. Ni siquiera me dolía ya. Salí del trance cuando mi teléfono resonó por toda la cocina. Era mi padre.

—¿Qué pasó?—Dijo apresurado. Al parecer mi madre ya lo había soltado.

Miré a Tyler con un poco de desconfianza pero él ya sabía lo que había pasado, estuvo presente.

—Mamá me echó de casa. Se enfadó conmigo por encontrarme en una situación incómoda y me echó.

—Me dijo que te vio manteniendo relaciones con un chico, he hablado con ella. Tú debes tener más cuidado a la hora de hacer esas cosas, pero sé que no es motivo para echarte de casa.—Agradecía que mi padre me entendiera, por lo menos él sabía empatizar conmigo.—¿Dónde estás ahora? ¿Con quién te vas a quedar?Puedo enviarte dinero.

¿Todo es efímero? ANTIGUA VERSIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora