¿Todo es efímero? ANTIGUA VERSIÓN

14-EL TATUAJE

Cuando mi madre llegó de trabajar Tyler ya se había ido, aunque por un momento quise que se quedara más tiempo... No confiaba en él pero a la misma vez me sentía segura. Se suponía que yo no le caía bien, pero en todo momento estuvo conmigo.

Cuando mi madre llegó yo seguía estando en el sillón, oliendo el perfume de Tyler, no literalmente, pero se podía oler a distancia sin quererlo.

Mi madre se dejó caer a mi lado, apartando el bolso hacia el otro.

—¿Qué tal estás?

—No sé, ¿cómo estaría una persona atropellada?—Suspiré.

—Lo siento cariño, no pude ir al hospital, estaba a punto de atender a una mujer.

—Lo sé mamá, lo sé, sé que el trabajo es muy importante, pero también es importante estar cuando tu hija te necesita. ¿Recuerdas cuando tú compañera tuvo que irse del parto para atender a su bebé? Pues tú también podrías haber hecho lo mismo, y más que el parto todavía no había empezado.

—Pero ella es ella, y yo soy yo.—Escucharla decir eso me dolió, ¿no se quería esforzar por mantener una relación buena conmigo? Ni siquiera eso, me podía conformar con tener una relación normal.

—Ya veo... Veo que no entiendes hasta donde quiero llegar.—Me levanté con cuidado del sillón y me fui cojeando hasta mi habitación.

Bryoni me había llamado pero por alguna razón mi móvil estaba en modo silencioso, así que fui yo quien le devolvió la llamada, consiguiendo que me contestara al primer tono.

—¿¡Cómo estás?!—Me tuve que apartar el móvil de la oreja.

—¿Bien?-Dudé.

—Claro que estás bien, dormiste con ¡Tyler!—La cara casi se me cae al suelo.

—Pero tú como sabes eso.

—Asómate a la ventana.—No puede ser... Bryoni estaba sentada en una silla de playa en medio de la carretera.

—¿Se puede saber que coño haces ahí, Bryoni?

—Tenía que asegurarme de que estabas bien, y no contestabas los mensajes así que vine aquí. Y cuando vi salir a Tyler de tu casa a estar horas me quedó clarísimo.—Ella ahora no me podía ver, pero tenía el ceño fruncido, de tal manera que me dolía.

—¡Sientes algo por él!—Me notaba pálida.—Yo sabía que no ibas a tardar en sentirte atraída por él, Leanny. He visto que no habláis mucho, y que cuando lo hacéis discutís, pero también sé que eso te llama la atención.

—Cállate y sube a mi casa ahora mismo.

En cuestión de segundos el timbre de mi casa se escuchó, y no exageraría al decir que en microsegundos Bry ya estaba en mi habitación con una sonrisita de malicia.

—Así que te gusta, ehhh.

—Q-que no me gusta, es guapo, y yo le daba, pero no me gusta. No me puede gustar alguien que conozco desde hace una semana y pico.

—Pero te va a gustar. Además tú a él también le llamas la atención.—¿Qué?¿Acababa de escuchar bien? ¿Cómo le iba a gustar a alguien que me trataba peor que a la mierda?