32-MALA NAVIDAD

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En tan pocos días mi mundo rosa se había ido a la mierda. Ya tenían la fecha de esa maldita boda, al final no podía ir a Toronto a celebrar las Navidades y en conclusión las iba a pasar sola porque la bruja de Coraline no quería que pasara las Navidades con su nueva familia. Y sinceramente, eso dolió.

Ya me iba pareciendo muy raro que todo me fuera bien.

—Esa mujer es la verdadera "las rubias son tontas", y encima de tonta mala persona, ¿te lo puedes creer?—Esa era yo estando indignada mientras hablaba con mi psicóloga.

Le había pedido tener una consulta el mismo día de Noche Buena, realmente estaba decepcionada y... Tenía una mezcla de sentimientos muy negativos.

No estuvimos mucho tiempo, pues ella realmente también tenía vida fuera de la consulta.

Al salir de la habitación me encontré con Tyler esperando por mí, él había venido conmigo porque estaba conmigo cuando me enteré de que no podía ir a Toronto.

Al juntarme con él pasó su brazo por mis hombros.

—Vaya puta mierda todo.—Murmuré.

—¿También es una puta mierda que cenes con mi familia?—Vale, eso me dejó un poco desconcertada.

—¿Qué?

—Estaba hablando con mi madre y me dijo que puedes cenar con nosotros.

—Pero...

—No te atrevas a quejarte, Leanny. Mi familia y yo queremos que estés ahí. Tu nunca me has hecho sentir que estoy solo, así que yo no quiero que te sientas así.

—Gracias.—Me puse un poco de puntillas para darle un beso en la mejilla.

Violet y yo habíamos cogido bastante confianza, ella me caía bien y yo le caía bien, definitivamente tenía a mi suegra ganada, bueno, y a Kennedy también solo que ella no es que estuviera mucho en casa.

Tyler se fue a su casa y yo me fui a la mía, encontrándome con la bruja de Coraline que se estaba preparando como si fuera a ir a cenar con la reina Isabel.

Yo veía a todo el mundo con vibras navideñas, pero por alguna razón yo no sentía que fuera Navidad. Simplemente sentía que era un día cualquiera del año. Ya no me daba ilusión al parecer. Aunque era normal, este año iba a ser muy diferente al anterior en el que por lo menos mi madre se mostró un poco empática conmigo.

No sabía cuántas horas había pasado tirada en la cama viendo vídeos de drama en YouTube pero llegó el momento en el que consideré ir preparándome.

Vale, me había puesto un poco nerviosa al pararme delante del vestidor y no saber que ponerme. Yo ya conocía a su familia, pero nunca había cenado con ninguna familia de ningún novio mío.

¡Ayuda!

Mis alarmas rojas estaban parpadeando.

Vale, vale, relax. Para todo hay solución... para todo hay solución, y esa solución era Bry.

A los tres tonos me cogió el teléfono.

—¡Ayuda, no sé qué ponerme para cenar con la familia de Tyler!

—Espera, ¿y tú madre?

—No me deja cenar con ella y al final no me voy a Toronto.

—¿Y por qué no me dijiste nada?

—Porque me enteré hoy y tú ya estabas camino a casa de tú abuela. ¡Ayúdame!

—Vale, vale, no te pongas loca. A ver, hace un poco de frío así que... ¡Te puedes poner esas medias negras que te quedan genial con el vestido brillante aquel!

¿Todo es efímero? ANTIGUA VERSIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora