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Me gustó escribirlo y a la vez me puso triste porque aquí hay algo importante para Elena, tal vez algo que nos diga porque sus papás no salieron o que les pasó, en fin. Hay un par de cosas de la otra novela que incluiré, pero más adelante que Christopher empieza a sentir cosillas por Elena y todavía no lo sabe jiji.

Y los capítulos serán más en la cabeza de Elena que en la de él, pero no se les olvide que tal vez tengamos un poco de su cabeza en el siguente. O no sé… supongo que sí para ver sus negocios y lo que empieza a sentir por Elenita.

Feliz-triste Lectura…

Martha nos ve y no duda en darnos en una tanda de gritos por lo que hicimos, porque al no llevar toalla regresamos todos mojados y el auto también va a tener que ser secado o algo.

Subimos a nuestra recámara con Martha dando uno que otro reclamo en la planta baja, pero Christopher va muy como si nada y yo voy pensando en que la pobre mujer tiene razón.

Entramos al baño y algo me dice que verlo desnudo sería una mala idea para mi estabilidad personal, emocional y sexual.

Y no gracias.

Christopher observa que no tengo ganas de entrar con él a la ducha y ladea la cabeza divertido de la situación.

—¿Te da vergüenza?—se burla.

—No—alargo la palabra—. Lo que pasa es que quiero mi espacio para bañarme… iré a otra ducha de la casa.

Tomó una toalla para cubrirme la ropa mojada y no hacerle reguero a Martha y que tenga que limpiar lo que ya ensucie. Christopher me jala y me lleva con él a la ducha.

Diablos.

—No va a pasar nada—digo antes de lo que razonó.

La última vez que me dije eso terminé en una sala de urgencias.

—Chris…

—No haré nada.

—Tú puedes decir eso, pero yo no Leonardi—le sonrío coqueta antes de deslizar mis manos por sus brazos.

Dios que ganas de estrellarlo contra la pared y darle un par de besos para que me caliente el cuerpo.

Lástima.

—Así que mejor lo prevengo—simplifico antes de sacarme se su brazo y caminar a la salida.

Me toma de la cintura antes de girarme y besarme los labios con deseo.

Santo Padre de los Dioses.

Toma mis piernas y me carga cómo hace rato, me sienta en el lugar que tiene para poner lo que sea cuando se arregla en el baño. Creo que se llama… no sé.

Se aleja un poco de mí para quitar la camisa semi mojada que tiene en el cuerpo. Se vuelve a juntar a mis labios y algo me dice que no me dejará tranquila hasta que esa erección se pierda entre mis piernas.

Se vuelve a separar de mí para tomar el extremo de mi blusa y jalar hacia arriba para despojarme de ella, mierda.

Esto pinta mal porque vamos para mas.

Se regresa a mis labios antes de morderme el inferior, esto está mal. Baja a mi cuello para lamer y darme besos que van subiendo mi temperatura, y esos mismos besos van poniéndome deseosa.

Mis piernas las enredo en su cadera para atraerlo a mí y que pueda sentir la erección que comienza crecer bajo su pantalón. Jadeo al sentirla.

—Christopher…

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora