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Feliz día mis amores así que aquí tenemos el capítulo de hoy y recuerden que ya nos queda poquito de esto y pronto el epílogo, pero hay algo que es importante para que no digan que no destrozo corazones y que todo muy lindo.

Feliz Lectura…

No digo nada mientras Martha sirve el desayuno. Con la casa llena tuvimos que contratar a una persona más que le ayude a mi amada Martha para mantener la casa en orden y que le ayude con el desayuno.

Las abuelas de Christopher son muy diferentes y eso queda claro en la mesa y en todo. Mientras la señora Greta está sentada esperando que le sirvan la señora Louise está sirviendo con Martha la comida de hoy.

Maven está dormido y por eso puedo desayunar con tranquilidad. Sólo llora cuando quiere que le cambien el pañal y de ahí en fuera no lo hace. La señoras mayores lo han cargado y tratan de encontrarle a qué lado de la familia se parece más pero no hay uno predominante. Escucho el sonido del ascensor y luego algo que me dice quienes son.

—¡El idiota ya es papá!—niego al saber que Jason no se puede callar.

Veo a mi hermana y no dudo en levantarme para ir con ella y abrazarla. Sus brazos me envuelven y tratan de no soltarme nunca.

—Felicidades Elenita—sonrío sin alejarme de mi hermana.

Ella se aleja para sonreírme y moverme el cabello como cuando era una niña.

—¿Dónde está Alexander?

—Arriba.

Su cara me dice que quiere verlo así que tomó su mano y la llevo conmigo para que vea a Maven que se despertará para que le dé desayunar y beso de buenos días. Estamos a mitad de escalera cuando su llanto irrumpe en la casa.

Tragón.

Camino con más prisa hasta meterme en su recámara. Ana se queda en la puerta mientras me inclino para cargar a mi bebé. Maven tiene la manía de apretar las manos cuando está de malas y tiene hambre.

Igual a su padre.

Me siento en la mecedora para bajar parte de mi blusa y darle de comer a mi hijo que no duda en prenderse de mí. Ana ríe por mi gesto, de adentra en la habitación después de cerrar la puerta.

—¿Cómo te va con Santino?

—Es un idiota—se queja de malas—. ¿Puedes creer que me dejó hacer casi diez reportes en un día?

—¿Entonces te gusta?

—No.

—Ana…

—Es un idiota engreído de mierda—se queja.

Eso me dice que si le gusta. Pero mi hermana debe tener sus dudas de no intentar ligarse a Santino. La mujer tiene fuerza de voluntad para ligarse a alguien, pero algo debe detenerla para que no lo haya hecho con Santino.

—En tu idioma eso significa que hay algo que no te deja.

—Sharon Warner.

—¿Quién es?

—Es la puta de Santino—ladea los labios—. Bueno, es más bien la única que se coge.

—¿Y eso cuándo te ha detenido?—por su expresión deduzco que piensa que hay sentimientos.

Si los hay ella no se mete.

—Ya entendí.

—No creo que sienta nada.

—¡Ay Ana!—ladea los labios.

Noto que Maven ya dejó de comer, lo separó de mí para sacarle el aire que pudo adquirir al comer, Ana me lo quita y deja que me limpie mientras ella le saca el aire. Tiene práctica porque le tocó cuidar de Pablo y ella hacia eso exactamente y me lo enseñó a mí.

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora