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Está corto para lo que suele haber en estas actualizaciones y ya verán porque necesitaba que estuviera corto pero es para dar paso a lo que vendría siendo la recta final de la novela.

Gracias por acompañarme en este viaje tan corto y largo al mismo tiempo. Gracias.

Feliz Lectura…

En la cena no hay mucha conversar debido al problema que Christopher hizo en la tarde, y eso es lo que muchas personas de la casa han estado pensando a lo largo de las horas y la cena… no es algo que pueda olvidarse tan fácil.

Escuchamos un ruido seguido de unos pasos que provienen del pasillo qué conduce a la cocina.

—¡Vaya no esperaba tanto silencio!—dice la voz de un hombre mayor.

No es tan grande como la señora de la casa pero si es de la misma ronda de edad. Trae un traje como de safari y mi amado Ramón viene detrás de él con un perro sujeto por una correa.

—Ni en África había tanto silencio—su esposa se levanta para darle un beso con falta de cariño—. A un lado mujer que quiero ver a mis nietos.

Veo varias sonrisas que no quieren salir de los labios de muchos de los que están sentados en la mesa. Incluido Boris.

—¡Abuelo!—Marina corre a su abuelo y le da un fuerte abrazo.

—Mi Marinita—la sonrisa de Marina es genuina—. Hace mucho que no te veía.

Marina le sonríe al señor y luego se separa para dejar que Boris y Alexander le den un abrazo a su abuelo. Al separarse la hermana de Boris, Celine abraza a su abuelo con cariño.

—Me falta uno—dice dirigiendo su vista a Christopher—. Okhotnik.

Christopher sonríe antes de ponerse de pie y hace el gesto de que me levanté, lo sigo para ir con su abuelo que lo abraza en cuanto lo tiene cerca. Es más bajo que Ramón y a Christopher no se dificulta abrazar a su abuelo.

—Baba.

—Ella debe ser Elena—Christopher estira una mano a mí y doy un paso para que me presente—. Muy bonita.

—Serás abuelo de nuevo, Baba.

—¡Otro Okhotnik!—no sé que significa ese apodo pero a Christopher parece gustarle.

El hombre camina a una silla y se sienta antes de decirle a Ramón que suelte a su perro, que rápido corre a los pies del hombre que está en el principio de la mesa.

—Una muy buena noticia la de otro Okhotnik—dice alegre—. Ya nos hacía falta otro bebé en la familia.

—Tu nieto quiere que nazca en México—se queja de malas su esposa.

—¿Y?

—¿Cómo qué y?—gruñe ella de malas—. Es un niño que debe nacer en Rusia o en Italia.

—Okhotnik, nació en México y no le veo ningún desperfecto—ya vi que el único que doma a la leona es el león—. Quieto, Mowgli. Además veo que Okhotnik es feliz con Elena.

Christopher deja un beso en mi frente y yo sólo sonrío por ese beso que me dio.

Me siento realmente feliz de sentir los labios de Christopher en mi frente que me da un leve susurro prometiendo una vida alegre que no quiero que se suelte nunca.

—¿A dónde fuiste ahora, Baba?—pregunta Marina.

—Las fotos en África son las más increíbles—miro a Christopher que me sonríe antes de asentir—. Las tribus son amables y dan buena compañía mientras tomo las fotografías.

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora