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La mayoría de los capítulos los narrará Elena, pero tendremos algunos de ambos o de él, pero trataré que sea solo Elena porque Leonardi nos está enamorando de su cambio y es bueno.

Feliz Lectura…

Christopher duerme profundamente mientras estoy sentada leyendo el último libro de mi saga favorita, son casi las cuatro de la mañana y como la primera vez que los leí los estoy devorando y con el sueño extraviado.

Al terminar el capítulo escucho a Christopher a mi lado, y no giro mi cabeza porque tengo muchas lágrimas de felicidad saliendo por mis mejillas.

Dios.

Es hermoso.

Moqueo un poco antes de sentir la mano de Christopher en mi pierna, acariciando despacio.

—Elena… son las cuatro y media—se escucha cansado y adormilado—. Duérmete, es muy noche.

—No puedo dormir—se incorpora y al ver las lágrimas en mis mejillas hace un gesto de preocupación.

—¿Estás bien?

Asiento.

—Es que… ¡Pobre de Rhys!—y más lloró.

Gira sus ojos al libro que estoy leyendo y trata de tomar aire para no darme un zape por estar leyendo romance y llorar con un personaje ficticio. Pero es que lloro mucho.

—Amore…

—Puedes dormirte.

—Ya me espantaste el sueño.

Doy una sonrisa sin gracia antes de escucharlo suspirar.

—Dormir tus horas te hace bien, Amore.

—Y llorar de amor también.

Niega con una sonrisa en sus labios, a este paso la relación a aumentado mejor de lo que esperábamos y tristemente me estoy enamorado de él y eso no creo que sea bueno para mí al final de la jornada.

Soy ocurrente y lo hago notar cuando me subo sobre él.

—¿Cuándo vas a empezar a leer los libros que te compré?—piensa un poco.

—No lo sé…

Ladeó los labios antes de darle un beso en ellos, su mano sube a mi cintura para pegarme a él. Poco a poco el beso nos hace sentir falta de aire pero no me quiero separar. Estoy consiente de que hay cosas que no puedo permitirme al estar con Christopher, como enamorarme o llegar a sentir cariño por él, si lo hago moriré de un corazón roto.

—¿Puedo preguntar algo?—asiente despacio—. ¿Por qué no quieres ir a la renovación de votos de tus tíos?—ladea la cabeza viéndome con curiosidad.

—¿Quién te dijo esa información?

—Marina.

No me bajo de dónde estoy.

—¿Y bien?

—No me gustan los eventos familiares.

—¿Quién es Antonella?

Su semblante cambia a uno que no había visto en él antes. Un gesto sin nada que diga algo que me dé a entender que pasa por esa cabeza.

—Nadie.

—Lo es si te pone así—arquea una ceja y luego me baja de él.

Si que lo afecta la tal Antonella.

—No te importa quién es.

—Christopher…

—¡No te importa, Elena!—grita de malas—. Y ya no me preguntes por ella.

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora