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Y ya sería el único de hoy pero es para que no sufran hasta el lunes cómo había pensado y gracias por seguir aquí.

Feliz Lectura…


CHRISTOPHER

Estiró mi brazo para intentar alcanzar a Elena, al no sentirla abro los ojos, maldigo antes de levantarme. Mis ojos alcanzan a ver la nota que dejó para mí y asiento antes de ponerme unas botas con un atuendo adecuado para el frío.

Bajo para salir al exterior y ver a Antonella con un traje deportivo, me sonríe antes de entrar en la casa. No digo nada antes de comenzar a caminar a dónde Elena dijo que estaría. Pero cambio de parecer e inicio a correr para llegar antes. Hace mucho que no salía a correr tan temprano, pero es bueno para las piernas el que salga a correr. Llegó a la entrada cuando sigo corriendo antes de adentrarme los treinta metros de camino al lago. Y es cuando su silueta me hace tragar.

Corro a ella antes de quitarme el suéter y ponérselo a ella.

—¿Por qué entraste?—niega despacio.

No deja de temblar.

Maldición.

—Me… me…

—No hables. ¡Demonios Elena!—no sé cómo diablos la cargo y comienzo a caminar con ella lo más rápido que puedo.

Sus manos aprietan débilmente mi camisa.

Tiene que entrar en calor y pronto. Mi bebé. No, Elena no se pondría en peligro por gusto y menos sabiendo que nuestro bebé… ¡Dios!

Un auto se estaciona a nuestro lado y no me interesa porque sigo caminando, Elena debe llegar al lado de la chimenea o de un lugar donde pueda comenzar a calentarse.

—¡Chris!—giro mi cabeza para ver a Alexander con Fiorella en la camioneta.

—Por favor…

Me giro con Elena y Fiorella no duda en bajarse de la camioneta para abrirme la puerta y dejarme subir con Elena que no deja de templar en mi pecho.

—Me empujaron—aprieto a Elena contra mí y no puedo creer que esto le haya sucedido.

No deja de temblar y en el camino a la casa Fiorella le marca a un amigo que es doctor y que por puro milagro está a unas cuadras de donde estamos. Alexander estaciona el auto y bajo con Elena para llevarla a donde pueda quitarse la ropa mojada y pueda recostarse con algo caliente.

Subo rápido las escaleras temiendo no caerme porque entonces si que daño más a mi hijo. Entro en mi recámara y desnudo a Elena lo más rápido que puedo, no sé cómo entro en la regadera con el agua caliente cayendo sin consideración sobre nosotros. Escucho pasos en mi habitación pero no me importa no cuando Elena no se detiene de esos temblores que me ponen los pelos de punta.

—¡Chris, Charls llegó y trajo equipo para revisarla!—Marina entra al cuarto de baño y me deja la ropa que necesito para Elena y para mí.

A velocidad récord nos cambió y la saco para acostarla en la cama. Charls nos ayuda con Elena para tratarla y que pueda saber que no haya pasado nada con mi hijo.

Trago mientras mi hermana me abraza para dejar que Charls le de su revisión a Elena que parece un poco más consiente de lo que sucede a su alrededor.

—Por suerte ella salió del agua a tiempo—me relajo en mi interior—. Sin embargo, no creo que el feto haya sobrevivido—no. El pánico se instala en los ojos se Elena cuando escucha eso último.

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora