Extra 3

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Llegamos al final de la novela. Gracias.

Feliz Lectura…



Hades está sentado en el taburete mientras toca una sinfonía que le dejaron practicar hace una semana, cada vez mejora más en el instrumento que está tocando en este momento. Mi pequeño es un pianista.

Cruzo un mechón de cabello sobre el otro para terminar con la trenza que le hago a Emma. Al finalizar pongo un lazo azul cielo que se ha vuelto el color favorito de mi pequeña niña, cuando terminó se levanta y corre a su padre que está sentado con Bastián y Aura, los tres están jugando un juego de video que mi esposo les compró.

—¡Te voy a ganar!—grita Aura—. ¡No Emma! Es mío.

—Es rosita, por eso es mío—se pelean por la consola que mi esposo no les quita—. ¡Mira papá!

—Cariño, deja a tu hermana en… no hagas trampa Bast.

Niego antes de levantarme y tomar a Emma para llevarla a la cocina por un trozo de pastel, fue cumpleaños de los gemelos hace dos días por lo que tenemos pastel de sobra en estos momentos. Le doy una buena porción y corre de nuevo para ir a la sala donde estamos reunidos. Maven no está en casa porque ya tiene catorce y es normal que se vaya con amigos a jugar o hacer cosas de adolescentes.

Pobre de él si me llega con alguna droga en su sistema, juro que lo mato si trae rastros de alcohol o droga en su sistema.

Tomo un poco de helado para irme a sentar, pero al llevarlo veo que ya hay una pelea entre mis hijos de años de diferencia.

—¡Yo quiero tocarlo!—Hades ladea los labios.

—Ya te dije que el piano es un instrumento no un juguete—miro a Christopher que se mantiene callado mientras juega con mis hijos—. Largo.

—Yo me metí la vez pasada—me quejo antes de avanzar a mis hijos.

Camino a dónde la pelea se está creando una posible discusión entre mis hijos. Los mismos que se ven de malas y con cara de querer matarse por lo que están peleando.

—Hades. Emma. Dejen de pelear—Christopher no dice nada.

Estoy segura de que quiere dejarme a mi primero para que vea que nuestra pelea de anoche no es correcta porque le grité que había forma de regañarlos sin tener que hablarles de forma fuerte o que se viera que estábamos molestos y que causará que se enojaran con nosotros, así que me dijo que estaba perfecto y que yo debía demostrar lo que dije.

—¡Él empezó!

—Te dije que estoy practicando, Emma.

—No te da derecho a no dejarme usar el piano—me giro a Christopher que se mantiene serio mientras juega con Bastián y Aura—. Además de que usas el piano porque no te queremos.

—Emma—la riño.

—Es la verdad—se encoje de hombros haciendo que Hades se levante del taburete y salga corriendo del cuarto.

—¿Me meto?

Asiento y suspiro antes de irme detrás de Hades, a lo lejos alcanzo a escuchar los regaños de Christopher porque Emma se pasó en está ocasión. Busco a mi hijo hasta que lo encuentro sentado en su cuarto con todos sus dibujos de notas musicales en las manos, las mira y por su posición nuevamente está llorando.

—Mi amor—solloza cuando estoy cerca—. No le hagas caso a tu hermana.

—Siempre me gritan cosas feas—me siento a su lado—. No me gusta sentirme solo en todos lados.

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora