Extra 2

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Hola a todos. Gracias por leerme y decir que les gusta más esta novela que la anterior, aunque se respeta a quien no lo considera así, pero en lo personal prefiero esta versión que no me atormenta por ser un reflejo de mi depresión. Gracias por llegar hasta este punto.

Feliz Lectura…


—¡Mami!—grita Hades desde la planta alta.

Elena se levanta para ir a ver qué ocurre en esta ocasión. Tenemos tres años viviendo en California y en ese tiempo todos mis hijos sin excepción han aprendido el idioma de la región sin problemas, a la única que se le dificulta a es a mi amada esposa que pone a nuestros hijos de traductores cuando necesita algo.

Después de unos cuantos minutos la escucho regañar a Aura por algo que seguramente mi hija tuvo que ver en su mayoría porque Elena cambia el regaño a otra persona.

Escucho sus pasos que me dicen que está bajando las escaleras, al verla sé que Hades no hizo nada y que por eso lo trae a dónde estamos. Se sienta para limpiar las lágrimas de nuestro hijo antes de darle un beso en su frente y decirle que todo estará bien.

—¿Qué te hicieron?

—No me dejan jugar con ellos—dice triste—. Bastián me dijo que si podía jugar, pero Aura y Emma no quieren jugar conmigo.

Miro a Elena que se encoje de hombros para luego peinar el cabello de Hades. Ahora que está más grande su cabello resalta mucho más que cuando era un niño, y lo hace porque salió al lado de la familia Leonardi en su mayoría. Piel blanca, el cabello rojo encendido del abuelo, los ojos azules de mi abuela Louisa y mi nariz. Mi hijo grita Leonardi en sus genes.

Sufre muchas burlas por su cabello, Elena y yo hemos tenido que ir a la escuela para recogerlo porque se pone a llorar en el baño y se encierra en un cubículo para que nadie entre. Elena es la que más se lamenta de que nuestro pequeño sufra por su color de cabello.

Hemos pensado seriamente en contratar una institutriz aunque sea los primeros años de su educación y después mandarlo a una escuela normal, pero ya que tenga la edad suficiente para resistir lo que sufre ahora.

La puerta principal se escucha y entra el mayor de todos los diablos que tenemos en la casa. Maven va a entrar fútbol todas las tardes, a excepción de los fines de semana porque así se maneja su entrenador.

—¿Cómo te fue?

—Bien… ¡están viendo al nuevo capitán del equipo!—celebra alegre.

Elena le aplaude y yo sólo lo felicito sabiendo que él podía aunque me dijera que había niños mejores, lo acompañe a esa práctica y logro el tiro de media cancha lo que me repetía que no podía hacer. Él me ha dicho muchas veces que quiere manejar mis hoteles cuando ya no puedo hacerlo yo, que el deporte es algo que no le llama tanto la atención como para enfocarse a eso de manera profesional.

—Te dije que podías.

—Gracias papá.

Se acerca a mí para darme un beso en la mejilla. Es cuando su atención caen en Hades que se mantiene con la carita triste mientras está en las piernas de Elena. Ve a su madre y con eso tiene para saber que pasó, carga a su hermano y lo lleva escaleras arriba diciéndole que le va a enseñar unas cosas. Elena sonríe porque sabe que el único que puede levantarle el ánimo a Hades además de nosotros es su hermano mayor.

—Estará bien con Maven.

—Eso lo sabemos de sobra.

Me sonríe antes de levantarse y caminar a mí, hace la mueca para que sepa en donde se va a sentar. Comienzo a reír de ver la posición en la que lo hace. Mis piernas en medio de las suyas.

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora