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Hoy vamos a llorar y les digo que no habrá actualización hasta el lunes por eso les adelante el capítulo. Así que gracias y a todos Feliz donde semana.

Portense bien y si harán lo contrario pues ni modo.

Feliz Lectura…

Veo el cielo estrellado mientras escucho música de Jazz al fondo de la habitación, es algo que me hace sentir menos cuando me siento triste por algo, y lo de hoy con Christopher es la razón por la que estoy triste.

Aunque no debería de estarlo, fue más mi curiosidad que él. Lo de estar enamorado fue un pretexto para defenderme de lo que pudieran decirme sus padres o su abuela, que le dijo a Fiorella trepadora e inservible porque ya ni podrá tener otro bebé más que la que ya tiene.

Hace rato que llegaron y sus amigos los apoyaron. Eso es lo que me gusta de la bola de locos que son Leonardi y sus amigos, que estarán para el otro cuando lo requiera. Eso es lo mejor de una amistad. Que no importa que tan jodido estás, siempre te ayudarán a salir del hoyo.

Escucho algo a mi espalda y por el sonido sé que debe ser Christopher. Aunque cuando no apagan mi música y una pequeña niña de cinco años se sienta a mi lado me queda claro que no es el idiota por el que me siento triste. Paulette se queda en silencio antes de suspirar y tomar mi mano.

—Mis papis están tristes—pobre pequeña—. Abuelita les dijo cosas feas.

—¡Ah nena!—bajo las piernas y la subo a ella sobre ellas—. Los adultos decimos cosas que no son ciertas—quito una lágrima que bajaba por su mejilla—. Tal vez abuelita estaba enojada—Paulette moquea viendo hacia mis piernas—, pero tu mami es fuerte y verá que esto es sólo una tontería—la pequeña de cabello rubio como su mamá se acomoda en mis piernas.

Comienzo a tararear una canción que la hace olvidarse de sus problemas por unos momentos. Poco a poco voy haciendo que se vaya durmiendo mientras canto diversidad de letras que se me vienen a la cabeza para que ella duerma. Cuando siento que aflojó el cuerpo la acomodo y me levanto para ir a apagar la música y poderla acostar en la cama.

Paulette no pesa tanto. Así que me es fácil acomodarla en la cama y volver al balcón, miro las estrellas antes de escuchar la puerta de nuevo. Giro mi cabeza para ver qué ahora sí es Christopher. No digo nada para volver a girar mi cabeza a las bellas luces fuera del planeta. Escucho sus pasos hasta que llega a mi lado y toma el lugar en el que estaba su sobrina.

—Lamento lo que dije sobre…

—No es mi problema.

—Amore…

—No hay sentimientos entre nosotros Christopher—no evito el tono molesto—. Por eso tomé la decisión de firmar el divorcio y elegir fechas para que puedas ver a Jasper.

—Ya habíamos hablado de eso.

—No quiero estar casada porque me embaracé—me quejo como si no entendiera nada—. ¡Quiero qué mi esposo esté conmigo porque me ama y no porque no usó condón!

Se me olvida que Paulette está dormida.

Pero tenía que decir lo que pienso sobre esa situación que está pasando entre nosotros. Quiero que mi hijo crezca con padres que por lo menos se quieran o haya algo, pero con Christopher no hay nada.

—Piensa tus fechas.

—Elena…

—Es mi desición—me levanto de la banca para encaminarme al interior—. Si llega antes el divorcio, te avisaré cuando nazca. Si todavía quieres verlo.

LEONARDI +18 ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora