¿Rencarne En Una Novela? Y Aún Por Encima ¿Como Villana?

capítulo 49

Sinceramente no dormí, pero y bien consideré que era una buena hora para levantarme me levanté de la cama y me duché antes de que siquiera pasará por mi cabeza la idea de vestirme, sentía el pelo rijido y grasoso, todo por no haberme duchado el día anterior.

No eran ni las seis de la mañana y no se oía ni siquiera un sonido dentro de la casa, lo único que se oía y más bien pertenecía a los habitantes del frío bosque era el piar de los pájaros madrugadores y el sonido de algún otro grillo, lo que componía la melodía mañanera que se escuchaba abitualmente sobre esas horas en la casa.

Tras vestirme con el uniforme, sin preocuparme realmente en como este estuviera colocado bajé para dirijirme a la cocina y preparé el deseado desayuno. He de aclarar que no desayuno ni desayunaba bien y que las pocas veces que lo hice fue porque el desayuno fue preparado por mi madre, pero ya que no estoy acostumbrado a comer mucho sobre estas horas simplemente me limité a algo sencillo como lo es un baso de leche y una tostada con mantequilla. Admito que no es saludable, ya que es la comida más importante del día pero no es mi culpa que a esas horas no tenga ni hambre ni ganas como para cocinar un buen y gustoso desayuno.

Un tiempo atrás Astrid bajo ya vestida y ya preparada para irse, aún si faltaba un buen tiempo para tener que irnos, porque aunque mi casa esté en el bosque y alla una relativa larga distancia del pueblo a ella también es una de las más cercanas a la "escuela" (no sé si realmente llamarla/o así esté bien)

—Buenos días ¿Que hay de desayuno?— preguntó algo adormilada, bostezó y acto seguido se sentó en la silla frente a mi.

—no se, te lo tendrás que preparar tu digo yo, por ahora no tienes absolutamente nada.— salí de la cocina.

—Oh, no seas amargado!—esa fue solo una de las diversas quejas que estaba acostumbrado ya a escuchar por la mañana.

—no seas tú perezosa—cogí mi mochila y comencé a poner los libros que precisaba hoy—yo aún no termino de prepararme.

—Eres malo!— con eso di por acabada la conversación ¿Que es lo que no entiende de qué a estas horas da pereza cocinar?

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Astrid se sentó, o más bien tiró, a mi lado en el sillón.

—Por qué nos despertamos temprano para unas clases que son casi a la tarde?

—yo ni siquiera dormí y en ningún momento te desperté así que no te quejes.— froté mis ojos que casi seguro eran adornados por un par de ojeras.

—y que vas a hacer con Conor?— cambió de tema rápidamente

—hacer?— la miré extrañado, hablaba de el como quien habla de un perro.

—claro, no lo dejaras solo en casa por horas ¿No?— Puede que tengo rasgos lobeznos pero eso no quiere decir que necesite los cuidados que requiere un perro ¿O si? Si es así no conozco a nadie que pueda ser de ayuda.

Recapacité, lo están buscando una pande de tipos muy peligrosos y el último sitio en el que se le detectó no está muy lejos de aquí, si lo llegarán a encontrar quizás esta vez no sólo lo herirían

—Tienes razón, pero de todas formas no tengo a nadie de confianza para que se quede con el—,no hay forma de que esté seguro, ni siquiera en mi casa

—Pues claro que me se cuidar solo! Quien cojones os creéis!? Por tener unas putas  orejas y una cola no quiere decir que no pueda estar solo por un rato!—conor dio aparición, no creo que entendiera bien el contexto de la conversación—estube solo en el bosque y estuve bien— tanto como bien...—no soy un crío y mucho menos un cachorrito así ir no me traten como si lo fuera.—en ningún momento te traté así Conor.

—Conor... Lo siento, tienes razón. Me equivoqué.—oh, así que el que entendió mal la razón por la que Astrid decía eso fui yo

—Tu no te disculpas?— molesta la voz que salió de su boca, casi como restregar un esparadrapo con fuerza sobre la piel.

—En cierta parte no vendría mal que alguien estuviera con tigo...—me cortó a mitad de oración

—eres un imbecil— juraría que sus ojos se aguaron, se giró y caminó en dirección contraria.

Astrid negó con la cabeza

—Que?—no se me da bien esto de entender a las personas y a sus sentimientos

—nada— ¿Como que nada? Odio cuando dicen eso