30

374 75 0
                                    

OFF

Se avecinaba una tormenta, literalmente.

Estaba apoyado contra la encimera esperando a Gun para llevarlo a la universidad. Ya había pasado una semana desde que volvimos de aquel infierno que él llama hogar.

De lo poco que puedo decir de ese viaje. Es que nunca pensé que yo terminaría intimando de esa forma con en aquel viejo granero. Gun Intentaba todo los días comportarme como si aquello no hubiera pasado. Intentaba mantener mis manos y cuerpo lejos de él, pero cada vez me resultaba más difícil. Cada maldito día que pasaba y veía al imbécil de Vachirawit seguía acosándolo con flores, temía que mi antiguo yo volviese a salir a la luz.

Finalmente, Gun salió de su habitación. Radiante como siempre. Yo no podía evitar pensar en que en otra realidad, Gun Atthaphan era solo mío y de nadie más. Me sonrió, llevaba puesto ¿un crop top? Cada vez mis ganas de besarlo aumentaban a cada segundo, eso subía mi temperamento y luego él pagaba las consecuencias.

-Va a llover, Gun- dije mirando su atuendo.

-¿Ahora eres el hombre del tiempo?- dijo sonriente como siempre.

-Soy el hombre que no se va de aquí hasta que te pongas un abrigo encima- dije sacando mi teléfono para distraerme y no seguir comiéndomelo con los ojos.

-A veces eres peor que mi padre- dijo dándome la espalda y entrando otra vez a su cuarto.

Si supiera, pensé.

Salió un momento después con una chaqueta de cuero y un gorro de lana..

-¿Contento?

No le conteste, fui hasta la puerta y la mantuve abierta para él. Cuando pasa, se detuvo un segundo a mi lado.

-Gracias por preocuparte por mi salud- Y luego me dio un beso en la mejilla. Senti que mi cuerpo se contrajo ante ese simple contacto. Gruñi en respuesta, pero él siguió en lo suyo, como siempre.

Cuando estuvimos en el auto, prendí la radio y escuchamos un reportaje sobre el clima, recomendaban que evitaran salir de casa. Al parecer habría una tormenta de nieve. Gun se la pasó tecleando su teléfono en todo el camino, quería preguntarle con quien hablaba con tanta urgencia, pero no lo hice. Ya en la universidad, llegó el momento de separarnos como siempre. Yo me sentaba al final de la clase y él justo al frente, me gustaba observarlo, siempre tan sonriente y participativo.

Justo ahora llevaba más de diez minutos discutiendo con el profesor. Sonreí con la cara del señor, agradecí que la clase terminara antes que él llevara acabo sus deseos de matarlo y tuviera que intervenir.

Gun me espero en la puerta, y como lo había estado haciendo en los últimos días, ya no me dejaba atrás; sino que caminaba a mi lado.

-¿Que te pareció la clase?

-Muy instructiva- conteste sin dejar de mirar hacia todos lados en busca de algo sospechoso.

Antes de entrar a la cafetería, un grupo de estudiantes entusiasmados lo acorraló y empezaron a hablarle.

-Ya hemos hablado con casi todas las clases de segundo y la mayoría quiere participar.

-¡Excelente- contestó él -¿Ya les dijeron dónde quedaremos?

-Todo está en orden.

-Perfecto, no se les olvide ir bien abrigados.

Fruncí el ceño al escuchar la conversación, y contra todo pronóstico, intervine..

-Tay, ve a echar una mano con las cajas que faltan, por favor- Tay asintió, pero antes de irse volvió hacia Azul.

-¿No me vas a dar las gracias?- le dijo.

-Las personas que reciban la ayuda te darás las gracias, no te preocupes respondió.

-si hablamos de personas necesitadas, Azul...- decía con una sonrisa.

-Lárgate de aquí- dije acercándome tanto a él que nuestras narices casi se rozaron.

Quiso hacer el intento de empujarme pero fui más rápido al hacer que su cara besara el suelo.

-Déjala en paz, ni en tus mejores sueños estarías con alguien como ella- Me fulmino con la mirada mientras se levanta y sacudía. Pero en vez de contestarme, se giró hacia Gun.

-Gun, ten cuidado... al parecer tu mejor amiga y tu soldado se traen algo entre manos- Gun nos miró a ambos y maldije entre dientes cuando por sus ojos cruzó una sombra de celos.

¿Como coño acabe metido en estas gilipolleces? 

Se dio la vuelta y luego de lanzarnos una mirada que no pude interpretar, Gun fue con él. Azul me dio las gracias. Era obvio que ese idiota estaba enamorado de ella por eso se comportaba como un imbécil. Casi pude acordarme de alguien que actuaba igual, pero no recordé quien podía ser...

Seguí ayudando con otras cosas, sin perder de vista al elefante rabioso que me evitaba a toda costa. Cuando llegó el momento de ir a nuestra ruta ~ruta que elegí yo mismo~ No pude evitar divertirme al verlo tan enojado y celoso por algo tan estupido como que creyera que me gustaba su amiga ¡Su amiga!

Nuestro grupo era de diez, pero nos dividimos en parejas para recorrer las manzanas. Gun parecía un ser que llamaba la atención de cualquiera que nos viera; con aquel suéter y gorro rojos, parecían estar  combinados sus mejillas. Yo lo observaba de cerca cuando se acercaba a los vagabundos y les alegraba el día con su sonrisa. No por las mantas o la comida, si no por su presencia.

¿Quien no se quedaría embobado viéndolo?

-Señora...-dijo acercándose a una anciana acostada sobre unos cartones, que al verlo pareció que algo cruzó por sus ojos. ¿Esperanza? Senti que se me encogía el corazón.

Gun le tendió una una bufanda un abrigo un termo con sopa y le dio una manta extra a la que debería. Luego la ayudo a acomodarse mejor.

-¿Está bien así?- pregunto Gun y noté como su voz temblaba

Fruncí el ceño pero me quede donde estaba.

-Muchas gracias, mi niño- la anciana le sonrió agradecida. Gun asintió y se puso de pie. Luego seguimos con el recorrido, pero estaba demasiado callado. Cuando me giré a verlo, noté que estaba llorando.

-Eh...- dije limpiandole las lágrimas con mis dedos enguantados.

-Es tan injusto. Yo tengo tanto y ella...

-No elegimos donde nacemos, Gun. Pero lo que estás haciendo, marca la diferencia.

Río amargamente.

-Soy egoísta... y caprichoso. Soy mala persona y soy...

-Para- dije tomándolo de la quijada para que dejara de decir estupideces -¿Por qué dices esas cosas?- Levantó sus ojos hasta los míos.

Dios, es tan hermoso.

-Hace un rato... odie a Azul, la odie porque pensé que...- Asentí porque sabía lo que quería decir -¿Soy muy tonto, no?

-Eres humano. Y debes aprender que a veces el hecho de tener pensamientos oscuros en nuestro interior no nos convierte en malas personas- Suspiro unos segundos.

-Me la llevaría a casa ¿sabes?- Frunci el ceño.

-¿A quien?

-A la ancianita.

Ay Dios...

-Muchas de las personas que están en la calle no es por mala suerte, Gun. A veces la gente toma caminos equivocados. Por favor, prométeme que no vas a meter a desconocidos a tu departamento...

Ya lo estaba imaginando.

Puso los ojos en blanco pero al menos me lo prometió.



Marii...💗

{COMO SI FUERA POSIBLE} =OFFGUN= //TERMINADA// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora