extra O41

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— Bonggie rompió mi muñeca

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Bonggie rompió mi muñeca.— La pequeña niña lloraba en el regazo de SeulGi que realmente, no sabía que hacer, en su vida cotidiana la que era encargada de mostrar más disciplina y ser la que consolaba a la pequeña era JooHyun que en ese mismo momento estaba acompañando a SooYoung para comprar un regalo de aniversario para SeungWan.

— ...Compraremos otra luego, no te preocupes, lo prometo.— La niña con las mejillas rojas y húmedas estiró su pequeño meñique a su mayor y SeulGi no dudó en entrelazarlo suavemente.— Y por favor deja de llorar, no me gusta verte llorar.— Limpió las mejillas regordetas de la infante que sorbio su nariz comenzando lentamente a calmarse.— ¿Te sientes mejor?

— Si, mamá.

SeulGi sonrió cargandola para dejarla de pie y luego ella se levantó viendo al corgi que, a pesar de que era el mismo hiperactivo de siempre, se encontraba más cansado, el corgi ya tenía aproximadamente once años, once años desde que SeulGi había comenzado a hacer una nueva vida con la que era para ella el amor de su vida.

JooHyun y ella seguían juntas más que bien, tenian la misma relación de cuando eran jóvenes con el paso del tiempo, nunca habian perdido esa chispa y la del corgi que su pelaje ya no era de ese color anaranjado tan vivo si no uno más blanquecino.

Después de cumplir tan solo seis meses de casadas decidieron buscar centros de adopción en el país y más bien en el continente, sabían que para familias del mismo sexo era más difícil encontrar un niño debido a las estrictas y cerradas reglas que aun existian. Aun con eso, no se rindieron buscando hasta que encontraron algo, más bien alguien que les hizo enamorarse de un segundo a otro sin duda.

Una niña de Taiwan había sido abandonada días después de que cumpliera un mes de nacida según la fecha del certificado de nacimiento, JooHyun le pidió que la adoptarán, y SeulGi no le dijo que no, porque ella también quería hacerlo. Viajaron hasta Taiwan conociendo a la pequeña de la que se encariñaron de inmediato y después de casi dos meses en el país desconocido para ellas pudieron volver a casa con un pequeño bebé en brazos, que no fue para nada fácil.

Cuando la pequeña niña que nombraron YangMin cumplió un año se dieron cuenta de algunas conductas inusuales para un niño de su edad, el que odiara los ruidos fuertes, olores fuertes o ácidos, el que le gustara ordenar sus cosas de cierta forma y nadie podía cambiarlo, pensaron que era normal pero para asegurar la llevaron a una cita médica que les informó algo que ya sospechaban.

YangMin tenía un IQ más alto de lo que comúnmente había, eso conllevaba también el espectro de Asperger. Investigaron mucho sobre aquello, la pequeña YangMin fue a varios exámenes neuronales para saber que no había nada más que informar a sus madres, cosa que no fue así.

La pequeña niña era rápida al aprender cualquier cosa, amaba la ciencia a pesar de sus casi seis años, pero también estaba el otro lado de la moneda, a veces había berrinches que eran difíciles de controlar, cosas que a veces olvidaban que YangMin no soportaba, como los ruidos, ordenar sus cosas sin permiso o que alguien escogiera su ropa.

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