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O7

JooHyun llegó del trabajo, un suspiro salió de sus labios al cerrar la puerta escuchando el tierno cascabel y el ya no tan pequeño cachorro. Los corgis de por si no crecían tanto, pero JooHyun notaba hasta el más mínimo centímetro que el crecía.

Lo había llevado al veterinario para sus primeras vacunas y después de eso, pudo bañarlo. Había sido todo un desastre porque, como era de esperar, no se quedó quieto. También siguió el consejo de SeulGi -con la que no había hablado mucho en este lapso de tiempo.-  buscando algunos tutoriales o cosas para poder entrenarlo o que fuera un poco más obediente.

Y había funcionado, bueno, por lo menos se sentaba y se recostaba cuando ella lo decía, pero según lo que le había dicho el veterinario, era normal que rompiera cosas.

JooHyun se había enojado tanto con el una vez, cuando había roto unos papeles para su trabajo, que recuerda no haberlo ni mirado por unas horas, pero no pudo más al ver cómo el cachorro la miraba y se veía tan triste.

Después de eso el no había roto sus papeles, le había comprado un cojín solo para el, para que lo rompiera, mala idea; encontró mucho algodón y el relleno del cojín en toda la sala.

Después se dio cuenta de las marcas de dientes en algunos de los muebles, y compró un hueso de hule para que mordiera, por lo menos no lo hizo más.

A veces, iba a una cafetería del centro, solo para poder ver a SeulGi que estaba ahí algunas veces.

Hablaban por varias horas, y a pesar de eso, ninguna de las dos había sido capaz de pedir el número de la otra, por simple miedo o vergüenza.

También se veían pocas veces en el parque donde bonggie parecía mucho más emocionado que ella de ver a la pelinegra, y ella se notaba igual de feliz.

Se había reído cuando escuchó la historia de el antes zanahorias, y también de la especie de berrinche de su amiga, la que ella conocía como "wannie" por el cambio de nombre.

Después de jugar unos minutos con el cachorro camino a la cocina donde le sirvió una porción de comida.

Se quitó los tacones y fue a darse una ducha dejando la puerta cerrada. Solo fueron unos minutos donde pudo relajarse con el agua tibia y después salió encontrando al pequeño que siempre la esperaba tras de la puerta.

Caminó con el atrás y se vistió con algo holgado. Era viernes así que no debía levantarse temprano, fue hasta el sillón y se sentó con su compañero.

Vió películas con el corgi, que era el único momento donde estaba tranquilo y ella lo acariciaba en su regazo.

Cuando la película terminó, apagó el televisor, ya estaba cayendo del sueño, y el sillón era incómodo. Se levantó con el cachorro en sus brazos y se recostó en la cama con el.

Al final, la cama del can había sido un desperdicio de dinero, porque tampoco quería estar sin el pequeño cuando dormía.

Dio unas cuantas vueltas en la cama y se quedó dormida.

SeulGi veía la hora en su teléfono mientras seguía jugando en su computadora, eran casi las 4 a.m. pero ella no tenía intenciones de parar.

Su teléfono la distrajo, mostrando el "game over" en la pantalla. Se abstuvo de golpear el escritorio para no despertar a nadie y miro su teléfono soltando algunas maldiciones.

Era SeungWan, que había mandado una foto de un corgi y puso.

"Es zanahorias"

SeulGi rodó los ojos, habían miles de corgis, y eran relativamente parecidos como para que ese justamente fuera zanahorias... bueno, bonggie.

"SeungWan, hay muchos corgis."

Su amiga escribió casi al segundo acompañado de otra foto. SeulGi abrió los ojos como platos al ver a ese corgi con una castaña muy conocida.

"Si, pero solo uno tiene a esa dueña"

"¿Lo ves? Si es zanahorias y esa es la chica"