SEGUNDA PARTE DE OSCURIDAD
~ Espinas y Mariposas~
El tiempo ha transcurrido, llevandolos muy lejos uno del otro.
Tom Hiddleston es uno de los actores más populares de los últimos tiempos, películas, series, obras de teatro, todo el mundo desea al qu...
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-Tom-
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La jaqueca arde en mi cien, apenas recuerdo bien el movimiento de anoche, sólo se que fue lo suficiente bueno si duele como lo hace, me levanto de la cama apenas notando la mujer a mí lado, es majestuosa y pronto se transformará en un recuerdo más en mí mente. Me visto y salgo de la habitación viendo el desastre que hicimos, doy gracias a dios que está no es mi casa y no tengo que arreglarlo, me pongo los anteojos, el saco y salgo de la habitación directo al ascensor, las aventuras de una noche suelen ser divertidas pero al final el estado vuelve a ser el mismo, soledad. Y la increíble sensación de poder hacer todo sin que nadie lo sabote.
Bajo hasta el lobbie del Hotel y pagó con mi segunda tarjeta los gastos antes de irme, espero el recibo cuando un perfume se cuela hasta mi nariz haciéndome tambalear sobre mis propias piernas. Veo por el rabillo del lente a la mujer a mí lado, comprobando que no es ella, sólo mis sentidos jugandome una mala pasada.
Tomó mis pertenencias y salgo de aquí auyentando el recuerdo de mis pensamientos, tengo una vida plena, una vida que cualquier hombre desearía, la cual no dejaré arruinar por mis antiguas memorias.
Al llegar a casa sólo me quitó los zapatos dejándolos en la puerta, necesitó un baño y un cambió de ropa, antes de meterme a mi linda cama, como la extraño necesito su suave algodón a mí alrededor.
Bobby me saluda alegre de verme luego de pasar otra noche como un gran héroe al quedarse solo en casa. Abró la ducha quedándome ahí un largo rato mis músculos se relajan y el dolor se calma un poco, cuando el aroma regresa a mí fugaz y casi imperceptible dándome una puntada al alma, no quiero pensar nunca más en ella, como lo hizo conmigo al no mirar atrás, hice mi duelo y juré no volverme a sentir por nadie más nuevamente así, jamás volví a darle a otra el espacio que le permite a ella, no volví a entregarme de aquel forma inhumana e irracional, nunca más cedi mi lugar en la cama para que otro cuerpo repose, parte de lo que soy hoy es gracias a sus medidas y al final se lo agradezco pues me sirvió para darme cuenta la verdad y no ser tan confiado.
Salgo de la ducha mucho mejor que antes, me pongo un poco de ropa limpia y cierro las persianas para poder dormir un poco junto a Bobby.
Apoyo la cabeza en la almohada y vuelve a aparecer como un recuerdo fugaz a mí lado, sus ojos avellana salpicados con la luz del amanecer hacen a mí corazón bombear un poco más rápido, no puedo engañar cuanto mi pecho la extraña apesar del tiempo y su escapé fugaz entre mis dedos, pero no puedo regresar a aquel callejón sin salida. Me doy la vuelta hundiendo la cara entre las sábanas sintiendo nuevamente a la razón tomar el mando hasta quedarme dormido.
Pasan de las 11 am cuando oigo los ladridos de mí amigo al lado de la cama, otra vez el bendito dolor de cabeza se apodera de cada hueso.
-Basta Bobby, ya sé, lo olvidé perdón. Parece una campanilla en mi cerebro recordandome a tiempo cada cosa, se que la hora de su paseo ya pasó, pero realmente este perro parece tener un reloj de bolsillo para demandarme así.
