SEGUNDA PARTE DE OSCURIDAD
~ Espinas y Mariposas~
El tiempo ha transcurrido, llevandolos muy lejos uno del otro.
Tom Hiddleston es uno de los actores más populares de los últimos tiempos, películas, series, obras de teatro, todo el mundo desea al qu...
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-TOM-
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Aún luego de tantos años sigue sorprendiendome, ni siquiera puedo moverme o decir palabra sólo me enmudezco, intentando digerir la información que me arroja en cara sin anestesia, comienza a darme vueltas y vueltas en la cabeza, generandome una migraña aguda que me golpea desde adentro. "Hija" eso sólo podría ser una fantasía, un error, un delirio sin medida de Irila.
-No, eso no puede ser, no lo es, no puede ser verdad. Me alejó queriendo aliviar el dolor en mi cien pero sus pasos me siguen por detrás.
-Sí lo es, tiene 6 años, nació el 16 de junio con sus nueve meses correspondientes, Tom, ella necesita de ti por favor estamos en una situación de emergencia. Cada palabra que repite me destruye la cabeza un poco más, mis pensamientos se agolpan sin dejarme pensar alguna cosa.
-¡Basta! No es posible, tú y yo no podemos tener una hija ¡Nos cuidamos! ¡Esa niña no puede ser mi hija! ¡Entiendelo! ¡No puedo ser su padre!-Mi cara arde y el estruendo de sus dedos sobre mí mejilla resuena por cada rincón.
-Yo sé muy bien de quién me embarace, pues fue el único imbécil al que le abrí mi corazón, ahora si no me crees, hazte la maldita prueba de compatibilidad genética y lo sabrás. Me empuja, dejándome en las manos un papel, mi cabeza está a punto de explotar y me niego a creer en esto, Irila no hubiera hecho esto conmigo, no me hubiera dejado cargando en su vientre una hija de los dos, pero tampoco nada justifica su vuelta y mentir de esta forma. Apenas puedo reaccionar tras el azote de la puerta, quedándome nuevamente sólo, revisó el papel que me ha dejado y reconozco el nombre es una de las mejores clínicas en Londres, no todo puede ser una falacia.
-¡IRILA!- Nuevamente lo hace y no se con que maldito don a nacido para joderme la vida y ponerme a correr tras ella, sólo como un estúpido lo hagó, atravesando el pasillo tan veloz como puedo ignorando cualquier señal más que por dónde se ha vuelto a escurrir.
-¡IRILA!-Dobló viendo uno de los ascensores bajando hacia el lobbie.
- Tom, cálmate por favor hablemos adentro.
- No puedo, ¡Necesito hablar con ella! ¡No puede soltarme una bomba y huir!
- Tom, serenate por favor, no te hará bien. Me suelto de sus brazos y huyó por las escaleras de emergencia, bajandolas tan rápido como mis piernas me lo permiten, saltó los descansos, apenas viendo donde doy el paso, hasta llegar hasta el último nivel, tiró de la puerta buscándola por cada maldito rincón hasta verla pasar por el lumbral de entrada. No puedo permitirle irse así, no está vez, me echo a correr entre la masa de gente esquivando a los distraídos que se chocan contra mí, pido disculpas sin saber bien porque mientras toda mi atención radica en aquel punto escurridizo como siempre. Saltó hacia la entrada cuando la veo intentar tomar un taxi, me apresuró trabando la puerta con la mano, notó bajo su flequillo aquellos ojos avellana colorados y brillantes.