Capítulo 14

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Debo admitir que tuve miedo de tomar la decisión que tomé, sería una gran pérdida la verdad, nunca en mi vida hice una locura como esta, claro que nunca antes estuvo mi vida en juego, supongo que es un costo bajo

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Debo admitir que tuve miedo de tomar la decisión que tomé, sería una gran pérdida la verdad, nunca en mi vida hice una locura como esta, claro que nunca antes estuvo mi vida en juego, supongo que es un costo bajo...

Antes de que el padre de Travis lograra cortarme el cuello, tomé la navaja que oculté en mi brasier e intenté clavarlo en su pierna sin éxito, pateó la cara interna de mis rodillas, obligándome a caer al piso, sujetando mi cabello en alto mientras forcejeaba para ser liberada, mamá estaba frente a mí, gritando y luchando desesperada por ir en mi ayuda, vi el terror en sus ojos, debo actuar, debo hacer algo.

Sentí una presión en el pecho cuando estiré mi mano aún con la navaja bien afilada que solía llevar a los campamentos, cortando mi cabello, liberándome de ese hijo de puta, aprovechando mi posición en el piso, pateé sus bolas, sujeté su cabeza y lo llevé al piso conmigo, colocando mi brazo diestro alrededor de su cuello, sujetando mi codo con la mano izquierda, ahorcándolo.

— Muérete hijo de puta, muérete.

Soportando los rasguños en un intento de ser liberado.

Sonreí de satisfacción cuando vi su rostro tornarse rápidamente rojo, luego azul, lila, y por fin perdió el conocimiento.

Lloré de frustración cuando me levanté, pateando su costado, guardé ambas navajas para que no fueran utilizadas en mi contra, viendo mi cabello en el piso, tocando el que aún me quedaba, cortes desorganizados, el más corto acariciando mi hombro, yo, que el cabello me llegaba al culo.

— Ahora tú vas a soltar a mi mamá, y tú también, hijo de puta.

Tomé el bate nuevamente y no dudé en ir hacia el primer sujeto, golpeándolo tan fuerte en la sien que no tuvo oportunidad de levantarse de nuevo, el siguiente sujeto, aterrado por mi nueva faceta, soltó a mamá y comenzó a retroceder, alguien intentó detenerme, alguien quiso golpearme, voltee y golpee su rostro con el puño cerrado sintiendo mis propios huesos crujir por el esfuerzo, maldije y seguí mi camino, atrapando al hijo de puta que lastimó a mi progenitora, lo golpee tantas veces con el bate, tantas veces... si no hubiese visto que su pecho subía y bajaba con lentitud, podría pensar que lo había matado, estaba furiosa, realmente furiosa.

— Lucía, ya está, Lu, cálmate, hija.

Mamá llegó conmigo, acariciándome por los brazos, besando mi hombro, susurrando palabras tranquilizadoras para hacer que me detuviera, la pelea comenzó a enfriarse, los ángeles comenzaron a temer por sus vidas, los Diablos cobraron vida al ver que su líder aún seguía en pie, que aún todos estábamos vivos.

— Hija... lo siento, tu cabello...

Dijo tocando mi melena desorganizada.

— Creo que necesito un nuevo corte — deslizando mi brazo por mi rostro para secar mis lágrimas— ¿Estás bien?

Deja que ocurra #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora