Capítulo 18

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Pestañee repetidas veces, viendo a Travis con ambas manos extendidas hacia mí, con agua y un coctel de medicamentos, poco a poco fui capaz de escuchar su voz más cerca, como si estuviese saliendo desde el fondo del mar

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Pestañee repetidas veces, viendo a Travis con ambas manos extendidas hacia mí, con agua y un coctel de medicamentos, poco a poco fui capaz de escuchar su voz más cerca, como si estuviese saliendo desde el fondo del mar.

— Lucia ¿Puedes escucharme?

Dijo por fin de forma clara.

— Sí... sí puedo.

Apretando las mantas en ambos puños bajo mi peso.

— Tienes que tomar tus medicinas para que te pongas mejor, te servirá.

Negué lentamente.

— No puedo, necesito estar bien para la noche, si estoy dopada, no voy a servir, pueden matarme.

— Deberías quedarte ¿Qué pasó? ¿Por qué perdiste la cabeza? Antes... esto no te sucedía ¿Cómo comenzó?

Ofreciendo el vaso de agua, el cual sí acepté, guardando mis medicinas en un pequeño pastillero con mi nombre ¿Cuándo mis medicinas llegaron aquí? ¿Papá arregló todo?

Bebí agua para retrasar mi respuesta, viendo al pelinegro incorporarse y tomar asiento junto a mí.

— Todo comenzó... esa noche en la que mis padres casi mueren. Inició con problemas para conciliar el sueño, pero eso ya lo sabes, luego fueron arrebatos, pequeñas cosas me sacaban de mis casillas, me costaba controlar esos impulsos, necesitaba destruir algo, necesitaba dañar algo, eso... me ayudaba, o en ocasiones, me frustraba el doble — suspiré— papá comenzó a entrenarme para que gastara energía, ocultándome al mismo tiempo todo lo relacionado con la pandilla, disminuyendo el estrés sobre mis hombros. Ahora... me enteré de la amenaza de muerte, el gato muerto... —llevé ambas manos a la cabeza, escondiéndola entre las piernas— tuve una discusión con mi padre y... vine aquí totalmente enfurecida, te vi con esa chica y yo... perdí la cabeza, literalmente perdí la cabeza, tengo una laguna en mi cerebro. Recuerdo a mi tío contarte lo que tengo y ya después nada más.

Travis suspiró, tomó el vaso que aún mantenía entre las manos, depositándolo con seguridad sobre la mesa de noche y vino hasta mí, llevándome con él para recostarnos en la cama, acercándome a su cuerpo hasta que no hubo espacio entre nosotros, acariciando mi cabello y mi cintura con calma.

— Ella sí es mi hermana Lu — hablando con voz suave— de mi primera familia adoptiva, no hermanos de sangre por supuesto. Ambos fuimos abusados en ese lugar, nos separaron cuando fuimos enviados con la siguiente familia, mantuvimos el contacto y solemos vernos seguido, dormimos juntos en ocasiones, ambos estábamos lo suficientemente rotos, un poco de calor humano que no nos lastimara nos hacía soportar la vida que llevamos, pero luego que me di cuenta de que tú eras lo que quería y... eso no volvió a suceder, te lo juro por mi vida.

— Júramelo por algo más importante — susurré— Mi vida, por ejemplo, no es algo que me importe en estos momentos — aferrándome a su cuerpo— ya lo decidí. Si tu padre tiene la osadía de lastimar a los míos hoy, recibiré el daño sin importarme las consecuencias, mi hermano... Jack es pequeño, lo conoces, necesita a mis padres con él, yo los tuve, él también merece tenerlos, yo soy reemplazable, ellos pueden tener otro bebé y...

Deja que ocurra #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora