Especial "Oren y Luca"

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OREN.

Nunca te conté cómo es que Los Diablos y yo cruzamos caminos ¿No?

Pues fue algo muy chistoso.

No, la verdad es que no fue chistoso.

Como persona gay, flacucho, de buenas piernas, uuf sí, adoro mis piernas joder, y trabajador en una tienda de E-girl, posando las faldas para la página en línea, mi vida parecía ser lo bastante glamorosa, o al menos, a mí me gustaba.

Acababa de irme de casa, vivía en los cuartos de la facultad, trabajaba para pagar mis estudios... sí, se podría decir que mi vida era lo bastante tranquila a mis dieciocho años.

¿Cuándo cambió?

Pues un día estaba fumando hierba con mis compañeros de cuarto.

¿Problema 1?

El detector de humo, normalmente lo hacíamos en el balcón, pero estábamos tan drogados que se nos olvidó ese pequeño detalle.

¿Problema 2?

Se activó el maldito detector, estropeamos todos nuestros libros, las camas, la ropa en el piso, se infló la madera de las literas y los escritorios...

La cagamos, la re cagamos gente.

¿Problema 3?

El detector de humo activó la alarma y todo el edificio salió corriendo con música de fondo "Esto no es un simulacro, abandone el edificio en forma ordenada" repitiéndolo mil veces, como mala canción de rap.

¿Consecuencias?

Nos echaron de los dormitorios, y por supuesto, dime tú ¿Qué haces sólo en la calle a las once de la noche un día de lluvia? Yo no tenía la suerte de ir con mi familia, eso estaba a unas seis horas en auto, y literalmente mi papá saltó en un pie cuando le dije que me iba de la casa, supongo que soy demasiado gay y demasiado afeminado para su masculino estilo de vida retrogrado, machista y misógino. Pobre de mi madre que tiene que besar el suelo por dónde ese hombre camina para sobrevivir... tan inteligente la mujer, pero tan tonta cuando se trata de ese hijo de puta...

En fin ¿Qué más podía hacer? Comencé a caminar bajo la lluvia, ni siquiera contaba con un paraguas, arrastrando mis mojadas maletas en busca de algo que me funcionara... y no es que me pagaran mal en la tienda dónde trabajaba, es que ese dinero lo usaba para comida, libros de clase, anillar los PowerPoint, la lavandería y ese tipo de cosas, no es fácil sobrevivir con un sueldo mínimo cuando hay tantos gastos.

- ¡Aaah! ¡Voy a morir congelado hoy!

Entrando en pánico, comenzando a saltar en uno de los charcos, total, más mojado no quedaría.

- Malditos cuartos de la universidad. Puto, maldito, sensible monitor que finge jamás haber fumado hierba ¡Fue un accidenteeee!

Gritando al cielo, mostrándole mi dedo medio, ambos.

- ¿Oren? ¿Eres tú?

Lentamente voltee para ver a Connor, está en el electivo de Afectividad y Sexualidad conmigo, hemos coincidido en un par de trabajos, pero de ahí en más... creo que no.

- Connor, hombre ¿Cómo te va? ¿Qué haces fuera con este clima?

Apoyándome en el mango de la maleta, el maldito me falló y terminé recostado en el charco... perfecto.

Reí de lo maldita que estaba siendo la vida conmigo.

- Eso debería preguntarlo yo... ¿Estás bien?

Deja que ocurra #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora