Capítulo 34

10.3K 718 238
                                    

Desperté sintiendo que si me movía, me orinaría completa, aún estaba algo mareada, pero lo suficientemente lucida para saber qué fue lo que hice, qué estuve a punto de hacer en un bar con desconocidos, sabiendo que no me estaba cuidando y podría h...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté sintiendo que si me movía, me orinaría completa, aún estaba algo mareada, pero lo suficientemente lucida para saber qué fue lo que hice, qué estuve a punto de hacer en un bar con desconocidos, sabiendo que no me estaba cuidando y podría haber cometido un error que me diría mamá y duraría de por vida... y luego está Travis, le dije todo joder, le dije absolutamente todo ¡Le dije que lo amo! Y joder... mi papá... ¿Cómo pude ser tan descarada? Está bien que nuestra relación padre e hija sea tan liberal, pero ¿Ir a pedir preservativos para follar toda la noche con mi ex novio, y luego exigirle cuatro más porque seis era demasiado poco para mí? Joder... es que ese hombre no debió poder dormir pensando en lo que su niñita estaba haciendo en el cuarto de al lado...

Para más remate, eran las cinco de la mañana y con esas cogidas que nos dimos, no me podía mover, las piernas me temblaban y por más que intenté levantarme sin molestar al chico que se aferraba a mi cintura con fuerza... yo... no pude salir...

— Travis... — moviendo su brazo— Travis... despierta...

Rápidamente saltó de la cama, sentándose, observando en todas direcciones, completamente desorientado.

— No podemos coger de nuevo — sonaba asustado, eso me dio un poco de risa— No hay más preservativos, si te dejo embarazada por error, tu papá me va a partir en dos.

Observándome con pánico.

— Quiero ir al baño, ya cálmate — carcajee— Iría por mi cuenta, pero mis piernas no funcionan, y espero que lo hagan de aquí a mi pelea o estarás en problemas.

Señalándolo.

— Oh — dijo— Bien, no hay problema, yo te llevo — levantándose— vamos, Pudin.

Rápidamente me sonrojé.

Recuerdo muy bien por qué me dijo Pudín.

— Lo siento por eso — dejando que me cargara— No sé qué estaba pasando por mi cabeza... estoy tan avergonzada.

Pateó la puerta del baño, encendiendo la luz con el codo.

— Bueno... la verdad es que yo creí que estarías enojada conmigo después de que se te bajara lo borracha — levantando la tapa del inodoro con el pie— No quería hacerlo contigo para no faltarte el respeto, pero eres tan convincente...

Reí.

— Perdón... de verdad lo siento...

— Emm... necesitas ayuda con el papel higiénico o...

— Puedo hacer eso sola — me apresuré a decir, completamente avergonzada— ¿Podrías esperar afuera?

— Claro — rascó su nariz, avergonzado— Estaré fuera, llámame cuando estés lista.

Asentí.

Travis dejó el baño, asegurándose de dejar la puerta cerrada para darme privacidad mientras dejaba salir todo de mi vejiga, sintiendo un enorme alivio, nunca me sentí mejor.

Deja que ocurra #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora