Capítulo 25

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Terminé de vestirme en compañía de mamá, unos jeans y un suéter, el clima está algo frío, son apenas las diez de la mañana según el reloj en la pared, dormí exactamente unas cuatro horas

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Terminé de vestirme en compañía de mamá, unos jeans y un suéter, el clima está algo frío, son apenas las diez de la mañana según el reloj en la pared, dormí exactamente unas cuatro horas... lo que es nada, pero bueno, que comienzo mi nueva vida, debo mirar el día con optimismo.

Dejamos el cuarto en absoluto silencio para no despertar a los chicos que seguían muertos, literalmente no sé cómo Travis logró salir de la cama luego de todo lo que se corrió ayer, literalmente todos terminaron completamente secos y deshidratados, el plan era dormir lo más posible hasta que Megan despertara otra vez, no conté con que mi papi viniera a decir que la cagó ayer porque yo era su bebé y no entendía que un bebé criara a otro...

En fin...

Padres.

¿Quién los entiende? Un día te regañan, al otro te dejan al borde de las lagrimas por sus bonitas palabras... pero así lo queremos.

— Así no se hace, no no no — Decía tío Oren— Marcus ¿Ya lo olvidaste? Se doblan las mangas, luego el resto del cuerpo y se dobla esta parte para que quede planito y bien organizado, así.

Mostrando su origami de doblar ropa de bebé.

— Amor... es sólo doblar ropa, no lo conviertas en algo tan complicado.

Tío Oren le dedico una mirada de aquellas y tío Marcus no tuvo más que comenzar a doblar la ropa como su esposo decía, en fin, mamá y tío Oren realmente son de temer cuando quieren.

— ¿Cómo vas por aquí, guapo?

Acercándome a Travis, viendo que tenía a Megan prácticamente lista, sólo faltaba ponerle el gorrito con orejas de oso para bajar, iba con su enterito de osito rosa, con la panza blanca y lo demás de diferentes tonos de rosa, amo ese enterito.

— Excelente, Megan y yo estamos listos — terminando con el gorro— Ahora ¿Por qué no bajas con tu mamá y la bebé? Ordenaré mis cosas, me quedaré contigo hasta terminar el plazo.

Apreté los labios, asentí y cargué a Megan.

— Desearía que no te fueras...

— Hay cosas que debo hacer, tengo que irme, bonita, lo sabes.

Acariciando mi mejilla, besó mi frente.

— Sí... como digas.

Con la misma expresión sombría, miré a mamá, hice un movimiento de cabeza señalando el pasillo, asintió y ambas dejamos el cuarto, dejando que ellos tres se encargaran de la ropa.

— Sé que... no quieres que se vaya hija, pero... Travis lo hace por ti, él sabe que, si se queda, los ángeles seguirán viniendo y viniendo, eso no es seguro para ti, saben que eres el punto débil aquí.

— Me molesta que quiera sacrificarse, podríamos buscar una solución, debería haber alguna, no entiendo cual es su afán de lanzarse al peligro.

Deja que ocurra #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora