Capítulo 26

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Decidí no hacer nada y observar el comportamiento del pelinegro por el resto de la tarde, pero nada nuevo ocurrió

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Decidí no hacer nada y observar el comportamiento del pelinegro por el resto de la tarde, pero nada nuevo ocurrió. Sólo me preparó el batido, limpió la cocina, le dio un baño a la bebé mientras yo me daba un baño para prepararme para la pelea y luego le preparó el biberón mientras yo me hacía dos gruesas trenzas desde lo alto de mi cabeza, hasta el final de estas, he estado viendo videos y la mayoría de las boxeadoras las lleva así para que no estorbe en la pelea, hoy es mi gran día.

Cinco de la tarde, llevamos a Megan a casa de mis padres, mamá y mis tíos se harían cargo mientras tanto, papá y Travis me acompañarían, veríamos allá al abuelo, después de todo, él era mi entrenador, pero al llegar a casa... las cosas estaban un poco... extrañas, digo, normales para su nivel, pero...

— Tío Oren ¿Por qué llevas falda?

Pregunté.

Que bonitas tenía las piernas.

— Tú mamá quiere hacer una fiesta de chocolate, le pegaste las ganas mocosa, así que me conseguí chocolate con Sam y ahora estoy tentando a tu papá.

Miré a papá, sentado en el sofá, intentando no desviar la vista hacia las piernas el tío de ojos bonitos, pero no le resultaba.

— Ah... ya veo.

Encogiéndome de hombros, depositando la silla de Megan frente al sofá con delicadeza.

— Lucia, a tu papá le preocupaba que te enteraras de esto, no quería que supieras que se coge a tu tío.

Carcajee.

Mamá hizo aparición con una de sus frases icónicas.

— Papá, yo ya sé que ustedes dos hacían ciertas cosas de jóvenes, y si mamá y tío Marcus están ahí y dan su consentimiento, no veo cual sea el problema — viendo al avergonzado sujeto— Es tu vida, eres adulto, puedes hacer lo que se te dé la gana.

Tío Oren sonrió.

— ¿Lo ves? Ya admítelo, Diablo, guardaste mis faldas por algo, no te hagas el santo ahora.

Mientras tanto, Travis observaba el dibujo del papel mural como si fuera la cosa más interesante de la vida.

— Oren... no frente a la niña.

Dijo papá, rojo de la vergüenza.

— A tu hija se la follaron entre tres anoche, ya madura, Landon.

Si antes estaba rojo, ahora estaba blanco como el papel.

— Ok, ok, no molesten a mi co-entrenador — caminando hasta mi progenitor— Vamos papá, es casi una hora de camino y no quiero llegar tarde.

— ¿Los tres Lucia? ¿Tres? —Poniéndose de pie— ¿De qué te sirve tener novio si te metes con otros dos? — caminó hasta Travis— ¿Y tú qué? ¿A cuál de los dos te follaste? ¿Jacob o Harry?

Deja que ocurra #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora