Capítulo 32

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Día terminado por fin

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Día terminado por fin.

Después de cinco peleas más aburridas que observar a mi mamá tejer cuadrados, porque nunca aprendió a tejer más que eso, todos regresamos al hotel, escoltados por guardias para que los fanáticos no se pusieran un poco intensos.

Digamos que en México las demostraciones de afecto eran mucho más efusivas que en mi país... y eso me encantaba.

Quiero quedarme aquí.

Fui hasta mi cuarto en el hotel, con la pequeña casi durmiéndose, hoy sí que caminó, corrió, me animó y jugó, está muy cansada.

Terminamos bañándonos a la velocidad de la luz, le puse su pijama de las princesas Disney, mientras que yo me vestí como para ir a beber y despejar mi maldita cabeza, un short, un top sin brasier, zapatillas, mi cangurera con dinero, las llaves del cuarto y el móvil, y entonces me fui al cuarto de mis padres.

— Dame a esta princesa — Dijo papá, cargando a Megan— Hola, pedacito de cielo ¿Vamos a ver Moana con la abuela?

El Diablo dominado por las princesas de Disney y su nieta, lo siento, pero sigue siendo gracioso.

— Sí... vamos... — abrazando su libro favorito. Mulán. El que... Travis le regaló en su primer cumpleaños— ¿Pento momir?

Le preguntó.

— Sí mi cielo, yo te leo todos los cuentos que quieras para dormir.

Le respondió papá.

Insisto. Es muy divertido verlo así, después de que quería que la devolviera, Megan literal ve por los ojos de este hombre de dos caras, una muy tierna, y la otra... mortal.

Me despedí de todos dentro, besé la mejilla de mi bebé y fui hacia el ascensor, marqué el primer piso y salí del edificio.

Que rico es el clima aquí, las noches tenían ese toque equilibrado de calor y aire frío que mantenía mi temperatura en control, todo el mundo parecía divertirse, había bailarines y cantantes callejeros que lo hacían de puta madre, joder ¿Cómo es que no son profesionales? Y todo el mundo estaba animado, todo el mundo borracho, cantando a todo pulmón, todo el mundo se divertía ¡Yo también quería divertirme!

Entré al bar que vi al camino, en cuanto el guardia me puso el timbre en la mano para poder salir cada vez que quisiera para poder fumar, crucé la puerta doble con una cortina de tiras de colores metálicas, todo dentro era... único, diferente y refrescante.

Aquí la cosa se divide por colores, todo estaba iluminado por luces, el bar estaba iluminado la mitad inferior por verde, y la superior por un naranja fluorescente, el escenario para el karaoke de un lila flúor, amarillo el sector de los baños, rosa para las mesas en el centro, dónde la gente se partía de la risa.

Terminaron contagiándome la alegría ¿Por qué no matarme a alcohol y malas canciones de amor? Después de todo, el hotel estaba cerca.

— Seis shot de tequila por favor.

Deja que ocurra #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora