el merecimiento.

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Me han llegado muchas personas diciéndome que se sienten mal porque no sienten que merezcan tener una mejor vida gracias a cambiar por el poder de su mente.

Se creen indignos.
Creerse indigno genera postergación.
Después de todo, esta constituye una manera de que no lleguemos a donde queremos llegar.

La mayoría de personas que posterga dedicará mucho tiempo y energía a reprenderse por esto.

Se llaman perezosos y en general se sienten "malas personas".

La autocrítica no da al blanco.
Solo intensifica la postergación y la pereza.

Si tú te crees indigno de poder mejorar y ser feliz, intenta repetir "estoy dispuesto a liberar la necesidad de ser indigno.

Soy digno de tener lo mejor en mi vida y ahora amorosamente me permito aceptarlo".

Cuando te regañas, cuando te censuras, cuando te "golpeas", ¿A quién crees que estás tratando de esa manera?
La persona que regañas es un niño de tres años que existe en tu interior.

si eres una persona que se enoja consigo misma por tener miedo, piensa que tienes tres años.
Si tuvieras un niño de tres años ante ti con miedo, ¿Qué harías?
¿Te enojarías con él, o lo abrazarías y consolarías hasta que se sintiera seguro y tranquilo?

Es posible que los adultos que te rodearon cuando eras niño no supieron consolarte en aquella época.
Un niño asustado necesita ser consolado, no regañado.
Sé amable contigo mismo.
Comienza a amarte y a aprobarte.
Eso es lo que necesita ese niño para expresarse a su nivel más elevado.

Dejarse inmovilizar por el pasado.


Muchas personas dicen que no pueden disfrutar del día de hoy a causa de algo que sucedió en el pasado.

Como antes no hicieron algo, o no lo hicieron de cierta manera, no pueden vivir plenamente ahora.

Como ya no tienen algo que tuvieron, no pueden disfrutar del presente.
Porque en el pasado alguien los hirió, ahora no quieren aceptar el amor.
Como una vez que se comportaron de cierta manera les sucedió algo desagradable, están seguros de que volverá a sucederles si actúan de ese modo.
Porque una vez hicieron algo de lo cual se arrepintieron, se consideran para siempre malas personas. Alguien les hizo una mala pasada en una ocasión, y ahora están seguros de que su vida no es lo que ellos quisieran por culpa de aquella persona.

Porque en el pasado una situación los indignó, ahora se aferran virtuosamente a aquella indignación.
Debido a alguna antigua experiencia en que se sintieron maltratados, jamás han querido perdonar ni olvidar.
O porque no me invitaron a la fiesta de fin de curso, hoy no puedo disfrutar de la vida.
O porque en mi primera prueba de selección no tuve éxito, ahora todas las pruebas me aterrorizan.
O porque estoy divorciado, no puedo llevar una vida plena.
O porque mi primera relación amorosa terminó, me he cerrado para siempre al amor.
O porque en una ocasión me dijeron algo hiriente, jamás volveré a confiar en nadie.
O porque una vez robé algo, debo autocastigarme siempre.
O porque de niño fui pobre, jamás llegaré a ninguna parte.
Lo que muchas veces nos negamos a reconocer es que aferramos al pasado, haya sido lo que haya sido y por más terrible que fuera, sólo sirve para hacernos daño.
A "ellos" en realidad no les importa, y por lo común, ni siquiera se dan cuenta.
si nos negamos a vivir plenamente el momento presente, solo nos hacemos daño a nosotros mismos.
El pasado pasó, pertenece al ayer y no es posible cambiarlo.
Este momento es el único en que podemos vivir.
Hasta cuando nos quejamos del pasado, nuestro recuerdo de él se da en el presente, y en el proceso nos estamos perdiendo la verdadera vivencia de este momento.

El merecimiento del bien.


¿Crees que te mereces tener lo que deseas?

Si no es así, no te permitirás tenerlo.

Circunstancias que parecen fuera de su control concurrirán para impedírselo.


Ejercicio:
Me merezco.

Vuelve a mirarte en el espejo y di: "me merezco tener... (o ser...), y lo acepto ahora".

dílo dos o tres veces.

¿Cómo te sientes?
Presta siempre atención a tus sentimientos, a lo que sucede en tu cuerpo.

Pregúntate si te crees lo que dices, ¿o todavía te sientes indigno?
Si su cuerpo te transmite cualquier sentimiento negativo, vuelve a afirmar: "renuncio a la pauta que en mi conciencia está creando resistencias a mi propio bien".

Y repite: "me merezco...".
Repítelo hasta que sientas que lo aceptas, aunque tengas que hacerlo durante muchos días seguidos.

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