Tu amor es mi nuevo tesoro (Fafnir × Oc)

Capítulo 23

Las vacaciones por fin de año habían terminado hace unos días, no pasó demasiado después de aquello, simplemente los ya habituales días en que Fafnir la buscaba en su trabajo para llevarla a casa, un par de cariños como besos y abrazos (que a veces parecían querer escalar a más) y verse en los días libres de la joven o cuando asistía a eventos, todo había parecido volver a la normalidad.

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Hoy transcurría otro día común, ____ se encontraba trabajando, sin embargo debido al evento que se aproximaba y en el cuál debería participar estaba durmiendo muy poco, había decidido ponerse un reto con un nuevo traje, este tenía detalles bastante minuciosos que requerían mucha atención para realizarse, por esto mismo había estado durmiendo menos a pesar de los intentos de Fafnir por hacerla descansar a su tiempo y la cantidad suficiente de horas.

Debido al sueño que tenía y a varias llamadas recibidas en el trabajo desde las primeras horas del día cometió un error que no había tenido desde que inició su trabajo...

—Señor Magatsuchi, ¿podría firmarme estos docu...?— la peliroja había abierto la puerta de la oficina sin tocar previamente, dejó sus palabras al aire cuando vió que su jefe estaba con un invitado pero... ella no había visto a nadie entrar a la oficina. —L-lo siento mucho señor, lamento interrumpir.

Haciendo varias reverencias a modo de disculpa comenzó a retroceder hacia la puerta, finalmente cerró después de haber salido y se sentó en su lugar totalmente avergonzada de haber cometido un error tan tonto que ni siquiera en sus primeros días había hecho.

Por otra parte dentro de la oficina ocurría una pequeña conversación entre ambos presentes.

—¿Así son todos tus empleados? Porque veo que ésta chica no tocó antes de entrar, sabes cómo son nuestras reuniones, nadie debe saber que estoy aquí... ¿Acaso debo encargarme de ella?

—Te pido disculpas por ella, se podría decir que es "nueva" pues recién tiene edad para trabajar, además es el primer error que comete desde que trabaja para mí, es muy eficiente en todo lo que le encargo, a demás ha tratado con total discreción cualquier asunto que le digo que es privado.

—Sabes que debo pasar por aquí sin ser visto, solo quiero que esto no se repita, de lo contrario yo tomaré cartas en el asunto.

—No te preocupes por ello, te prometo que le aclararé su error y no dirá nada al respecto, cualquier otra cosa yo mismo puedo hacerme cargo de que olvide todo al respecto y con ello no nos de problemas a ninguno de los dos.

—Bien, confiaré en tí por esta vez.

Un par de horas más tarde ____ fue llamada para entrar a la oficina de su jefe, en cuanto entró ella nuevamente pidió disculpas haciendo una reverencia, luego levantó la cabeza mirando fijamente a su jefe quien sin dejar de sonreír le dió una breve explicación.

Cuando comenzó a hablar le dijo que le encargaba no volver a entrar de esa manera a la oficina pues podría meterse en problemas, además de que podría generar inconvenientes a la oficina en general y a él, cosa a la que ella asintió y volvió a pedir disculpas, finalmente luego de haber quedado en un acuerdo para evitar el tema le entregó los documentos que iba a darle además de los recados de llamadas y otras cosas.

Cuando la jornada de trabajo terminó la peliroja salió del edificio suspirando de manera pesada, a demás del cansancio físico que tenía por sus últimos días tan ajetreados, se sentía también con fatiga mental por la situación que le ocurrió esa mañana.