Tu amor es mi nuevo tesoro (Fafnir × Oc)

Capítulo 39

"¿Que te parece si te hago mía ahora mismo..?"

Después de haber destrozado el teléfono de la peliroja, Fafnir se acercó de nuevo sin permitirle responder uniendo sus labios nuevamente, solo que esta vez, a diferencia del beso anterior, este era un poco más suave, pues a pesar de la interrupción que lo había molestado, pretendía que la primera vez entre ambos, se experimentara lo mejor posible..

Durante la noche ambos se mantuvieron compartiendo experiencias que no conocían, para la chica todo aquello era nuevo, sin embargo deseaba estar con él, mientras que para el dragón, aún sabiendo por instinto lo que debía hacer, quería enseñarle cada parte de aquella experiencia a su novia, de forma que compartieran la mejor primera noche entre ambos.

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A la mañana siguiente, mientras el sol entraba por la ventana de aquella habitación, llenandola de luz cálida, la peliroja despertó lentamente, se removió entre las sábanas antes de comenzar a abrir los ojos, notando varias cosas al mismo tiempo.

Primero, la habitación, tardó un momento en recordar que había cambiado de casa la noche anterior.. segundo, la cama se sentía diferente, probablemente por el hecho de que estaba más recostada sobre Fafnir que sobre la cama, notaba su pecho aún desnudo al tacto de su mano mientras se separaban lentamente de él, y por último, la mirada de este que traía consigo los recuerdos de lo que habían hecho recién anoche..

Sin poderlo evitar, sus mejillas enrojecieron antes de girar hacia el mayor, quien mantenía aquellos ojos carmesí fijos en ella, esperando quizá alguna reacción de su parte.

—Bu-buenos días Fafnir..

—Hola preciosa, ¿dormiste bien?

—Eh.. s-si, ¿no te incomode? Creo que no me.. n-no me des..

—No te despegaste de mí en toda la noche, lo noté, pero descuida, como te comenté antes, no necesito dormir, y mientras tú hayas descansado suficiente, todo está bien.

El dragón la giró para que quedará recostara boca arriba y él sobre ella, en un movimiento ya tenía sus labios sobre los de la chica, fue un beso agradable.. uno que le demostraba lo gratificante que era para él no tener que haberse ido de su lado en ningún momento.

La chica correspondió acariciando suavemente los hombros del mayor, le parecía diferente el tacto a su piel humana desnuda que al roce que solía tener con aquel traje, pero era agradable, y el estaba de acuerdo respecto a ella, pues de inmediato su mano izquierda se dirigió al abdomen de la chica para brindarle un par de caricias, que terminaron con la mano del azabache sobre su cintura.

Una vez que terminaron el beso, la peliroja le dedicó una sonrisa al contrario, este sabía que debía levantarse (pues ella haría lo mismo), así que le daría espacio, tan pronto se alejó, la chica se acercó a la orilla de la cama cubriéndose aún con la sábana un momento, al menos hasta que se dió cuenta que el contrario tenía su ropa puesta en un segundo.

—¿Haces eso con magia?

—¿Hacer el que?— preguntó el dragón girando solamente su rostro hacia ella.

—Tu ropa, apareció de la nada hace un momento, anoche fue lo mismo.

—Eso..— el azabache dió la vuelta acercándose a la chica para quedar a unos cuantos centímetros frente a ella, le mostró su brazo y como la manga completa del traje desaparecía, se modificaba en color, en el largo, en la forma y finalmente regresaba a su estado original —se podría decir que son nuestras escamas, podemos modificarlas a nuestro gusto, así que lo que yo "vista" puede ser como prefiera.