Lo desconocido suele ser temido por el simple hecho de no saber qué es, muchos huyen, otros desean destruir porque no quieren saber si lo desconocido es malo. Pero también están aquellos cuya emoción es inconmensurable, que cual mariposas en las flores revolotean alrededor de eso que es desconocido, caminan con frenesí de un lado a otro con brazos al aire sin dejar de admirar y expresar alegremente la oportunidad de conocer, y eso es algo que Aurora Jones realiza estando afuera de la nave mientras Heka Zein está sentado en una roca, sonriendo divertido por la gama de explosión positiva en la joven que brilla cual sol intenso.
—¿Debo preocuparme de que vayas a hacer implosión? —se burla mostrando los colmillos esperando que los ojos oscuros le miren mal, sin embargo estos le regalan maravilla.
Aurora se acercó a él emanando su curiosidad por los cielos, hace preguntas sobre sus viajes, los planetas que ha visitado, sus gentes que ha conocido, pide saber, conocer, y él contesta a sus dudas sobre su vida exploradora, sobre los ecosistemas desérticos y otros poblados, sobre las gentes hostiles y los pacíficos, sobre su fauna apacible y los salvajes, habla sin sentirse más abrumado que por los ojos a los que compara como un agujero negro, que con su constante mirar es tragado.
—Está anocheciendo —comenta el ser mirando que la luz se está yendo—. Volvamos —se levanta junto a ella que asiente con viveza, siente que debe asimilar la nueva información recibida aunque desea saber más.
—¿Crees que esté bien dejarlo aquí con esos militares revisando el pueblo? —ella mete las manos en sus pantalones sin dejar de mirar a la nave— Ayer cuando regresaba del cine con Tim nos escondimos en el bosque para ver a sus instalaciones —él frunció un poco el entrecejo, sin entenderse la razón de su repentina molestia—. Tienen mucho personal rodeando el área de impacto, carpas por todos lados.
—No hay que preocuparnos —dijo mostrando un brazalete en su muñeca, para Aurora eso le figura a un reloj, sin embargo le quedó claro que no lo era cuando la cubierta se abrió mostrando una pequeña pantalla—. Esto será suficiente —agregó sonriendo al tocar en la pantalla, haciendo que alrededor del vehículo una especie de luz azul se expandiera como la onda del agua, después desapareció.
—Pero… ¡¿Cómo hiciste eso?! —exclamó incrédula tomando el brazo de Heka y zangoloteándolo con rapidez— ¿A dónde fue?
Carcajeó por su reacción. —Sigue aquí, es sólo que se ha hecho invisible —suspiró cansado rascando su nuca—. Logré reparar el sistema de camuflaje, pero pienso que fue más un milagro que funcionara.
—¿Está muy roto? —comentó haciendo que el contrario le mirara sonriendo, asintió comenzando a caminar para salir— Tal vez, ah —calló un momento cuando Heka la cargó para cruzar la oscuridad en la cueva.
—¿Tal vez qué? —la bajó una vez salieron, así ella pudo caminar por su cuenta aunque la sonrojes invadió su rostro.
—Tal vez Nick te pueda ayudar —él se detuvo en seco haciendo que ella también parase, alzó una ceja con confusión mientras que ella le sonríe con pena—. Es muy inteligente.
—Creo que olvidaste el hecho de que eso —señaló en dirección a la cueva— y yo no somos de aquí.
—Confía en mí —se giró a caminar, pero las palabras de él le hicieron detenerse de nuevo.
—Lo hago —dijo firme. Ella se volteó percatándose de lo cerca que estaba, sus ojos grises le parecieron brillar como la luna que se asoma tras de él.
Sus mejillas se ruborizaron obligándola a alejarse y caminar nuevamente con él a su lado en total silencio, este siendo uno que a ambos les incómoda y siguió sin que pudieran mirarse más, al menos por parte de Aurora ya que Heka no dejaba de posar sus iris plateadas en su figura, incluso cuando ella se halló durmiente.
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Desde las estrellas
Ciencia FicciónAurora Jones es una joven universitaria que vive tranquilamente en su pueblo en el que gusta de observar las estrellas con su telescopio en el bosque, sin embargo su vida toma un giro cuando una noche se encuentra en riesgo de ataque de un oso que s...