Con Timothy Becklan habiéndose ido y Aurora estando al pendiente de su teléfono para saber que está bien, ella y los demás se quedaron hablando sobre los siguientes pasos a seguir. Júpiter aseveró que buscaría a los desaparecidos de manera discreta, también que se mantendría comunicado con los demás humanos, sin embargo, aunque no lo dijo, era palpable su pensamiento sobre que quizás no los encontrarían, al menos no completos ni vivos. Por otro lado pidió a su amigo ir con él y Luna a la empresa BioSelf, afirmando que podría recuperarse y trabajar juntos para cumplir su misión. Eso era algo que el de piel canela notó tensó a su pareja, pues la mención de la compañía la hizo bajar la mirada con tristeza.
Cuestionó la confianza de ese lugar, aunque al otro no le agradaba al cien por ciento, estaba seguro que podía aprovecharse de eso, sobretodo por las piezas con las que podrían reparar la nave, y dado que él ayuda a sus fines tecnológicos y de investigación, no duda que puede obtener una compensación por ello, cosa que la pelinegra, aunque dando una mirada austera por la forma en que Júpiter se expresó de su lugar de trabajo, no duda tampoco.
—¿Y dinero? —dijo confundiendo a los presentes— ¿Pueden pagarme por ayudarles? —dirige la pregunta a la muchacha trabajadora.
—Bueno, sí, no tendrían problemas con eso, pero ¿por qué necesitas dinero?
—Ese es mi problema —alargó la curvatura de sus labios de manera traviesa—. Iré —aceptó parándose para ir a sentarse de nuevo a la camilla—. Pero Nico también vendrá, es mi ingeniero ahora —el rubio sorprendido y orgulloso de ser considerado por su amigo de esa forma no negó en aceptar el cumplido, además Luna también expresó que no habría problemas siempre y cuando mantuviera en secreto lo que verá—. Genial, ahora, no me quedaré ahí.
—¿Por qué? —preguntó burlón el ser de piel clara, pues conocía su respuesta.
—Porque me quedaré con mi —volteó a ver a Aurora con la que cruzó miradas— ¿novia? —ella se ruborizó y asintió— ¡Mi novia! —repitió con más entusiasmo, a lo que los demás rieron, menos la mencionada por la pena, pero que dejó su sonrisa tímida en su rostro.
Luego del momento, Luna y Júpiter decidieron que era hora de irse, la chica porque necesitaba llegar a su trabajo e informar a su jefe sobre el incidente y la colaboración de un segundo ser, además de los términos de su nuevo “empleado”. Nick por su parte estaba algo nervioso, debía volver a su casa también, pero la idea de encontrarse con ese ser que está muy seguro es el que conoció la noche de la muerte de su maestro, le aterra. Por ello, Júpiter y Luna hicieron el favor de acompañarle, aunque Heka intervino asegurando que su enemigo estaría muy malherido.
Una vez se fueron, Aurora se quedó con el conejo en su regazo, sentada frente al pelinegro que se removía por la sensación de dolor, a la vez que él estaba comiendo algo de la carne que su amigo le consiguió y además preparó quitándole la piel, y que Aurora le calentó en lo que pudo comparar a un microondas. Heka gruñó a los ositos que estaban de curiosos por el piso, la muchacha se asombra por la relativa facilidad con la que se comunica con ellos por verlos que se quedaron quietos y acurrucados en una esquina. Pero eso no es lo que le roba el pensamiento, sino las últimas palabras que cruzó con Timothy Becklan y que ahora más que nunca resuenan en su mente.
—Heka —el contrario emitió un «Uhm» en contestación mientras le veía—. ¿Qué es lo que viniste a buscar?
El hombre no deja de masticar, come tranquilo sin inmutarse de la pregunta, así que termina de alimentarse y camina a un caso en el que se enjuaga la boca para volver a sentarse en su cama.
Comenta lo que ya sabe por boca de Júpiter sobre su planeta, pero que ella no le detiene porque Heka es el que se abre ahora, pero no toca el tema de su familia ni su tribu. Habla hasta el punto de ofrecer información nueva. La temporada oscura de la que la otra criatura mencionó sin profundizar, Aurora se enteró que se trata de un lapso de tiempo similar a una temporada invernal, en la cual nubes espesas y gruesas se crean en el manto del cielo y cubre el globo mundial impidiendo el paso solar, elemento fundamental para la vida de sus habitantes reyes del planeta, pues como ya se dijo, es el sol mismo su fuente de vida como el oxígeno para los humanos.
ESTÁS LEYENDO
Desde las estrellas
Ciencia FicciónAurora Jones es una joven universitaria que vive tranquilamente en su pueblo en el que gusta de observar las estrellas con su telescopio en el bosque, sin embargo su vida toma un giro cuando una noche se encuentra en riesgo de ataque de un oso que s...