Capítulo 12: Baile

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El tiempo parece más fácil, simple, curioso, liberador.
Aurora mira por la ventana a todo mientras está en sus clases, a las hojas de los árboles moverse por el suave viento, o el aleteo de las mariposas y aves, también a las ardillas y algunas mariquitas, se siente tranquila, feliz sin razón, o tal vez sí tiene una que no logra entender, pero que no le importa porque se siente bien, porque solo debe hacer eso, sentir. Y se dedicó a sentir su felicidad durante el resto de las clases, en el receso mientras hablaba con su amigo y a su mesa se le sumó Timothy, ahora ambos chicos conociéndose para hacerse amigos también, incluso cuando algunas chicas se le acercaron para hablarle animadas por sus movimientos y piruetas. Era la primera vez que tenía su mesa abarrotada de personas y ella era el centro de atención, sin embargo no se sintió abrumada, siguió sintiéndose libre hasta el final de clases en donde camina al lado de Nick.

—¡Aurora! ¡Espera! —escucha a su espalda ser llamada por el pelirrojo. Ella volteó para verlo trotar hasta llegar, a lo que Nick se adelanta para dejarlos hablar.

—¿Qué sucede Tim? —pregunta sonriendo con una mano en la correa de su mochila y el casco bajo el otro brazo.

Al muchacho le extrañó ver que lo traía, más por el momento no le otorgó importancia pidiéndole ir a comer un helado, pero no obtuvo respuesta en ese instante en cuanto vio a Heka llegar en una motocicleta que él figuraba reconocer de inmediato.
¿Cómo era posible que se le permitiera usar la moto de su amigo? ¿Por qué usa el casco que tanto le gustaba a Aurora? ¿Por qué se sonríen entre ellos de esa manera? Se pregunta y su respiración se volvió pesada.

—Aurora —llama con un poco de seriedad tomándola del brazo—. ¿Podemos hablar?

—¿Ahora? Es que tengo algo que hacer con los chicos —menciona extrañada al ver la tensión de su amigo.

—Bueno… —se ve interrumpido cuando Heka se pone al lado de la chica mirándole con molestia.

Ambos varones cruzan las miradas, el de ojos verdes teniendo que alzar la vista un poco a los ojos grises ensombrecidos. Se miran emitiendo una atmósfera de pesadez y confusión para la muchacha que intercambia su mirar a ambos. Están estáticos manteniendo el contacto visual. De pronto el de cabello oscuro dirige su mano en señal de un apretón que confunde al pelirrojo.

—Heka Zein, un gusto —menciona con irritación denotando que ese gusto no lo posee.

El muchacho aceptó sintiendo que el gesto, aunque moderado, deja notar con la presión que no le agrada, más sonríe de lado con el ceño fruncido. —Timothy Becklan, el gusto es mío, amigo —se mantienen de manos unidas y la vista fija, no han dicho más, y Aurora no lo entiende, porque sin palabras o movimientos, con la simple mirada el par se ha declarado enemigos. La castaña posa sus ojos en el rubio atrás, pide ayuda porque no sabe qué es lo que acontece a su frente, pero el otro no le puede apoyar, está ocupado conteniendo la risa que desea salir en una explosiva carcajada, porque él sabe lo que ocurre entre ellos.

—Aurora —vuelve a hablar Timothy, ahora queriendo imponer más presencia y soltando la mano del otro—. Vamos a hablar.

Un tic en el ojo de Heka se produjo de inmediato, su interior quiere dejar salir su rugido en una advertencia al ver que él no suelta a la chica, no obstante se controla porque se prometió no repetir lo que hizo a Nick, y porque en especial no desea hacer que Aurora le tema de nuevo, sin embargo al notar que el pelirrojo la jala con intención de separarla y hacer que se fuera con él, el ojisgrises se apodera de la muñeca femenina anidando la confusión de ambos, sobretodo la endurecida mirada del chico de ojos verdes.

—¿Se puede saber qué es lo que haces? —replica el joven Becklan sin ocultar la molestia en su voz.

—Lo mismo te pregunto, ella te ha dicho que pueden hablar después —recriminó reprimiendo su gruñido—. Lo siento, pero tenemos algo de prisa, así que por favor, suéltala.

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